Si primero fue la quema de libros y el incendio de iglesias, ahora le ha tocado el turno de la barbarie al Patrimonio, ciudad bajo el control del ISIS desde 2014
Redacción, 26 febrero
Esculturas milenarias destruídas a golpe de hachazo y picos. Estatuas del siglo IX antes de Cristo pulverizadas a martillazos. El autodenominado Estado Islámico sigue barriendo cualquier señal histórica y cultural del patrimonio de los países por los que se va extendiendo.
Si primero fue la quema de libros, el incendio de iglesias y otros lugares de culto, ahora le ha tocado el turno de la barbarie al Museo de Mosul, la antigua Nínive en el Imperio Asirio, y bajo su control desde junio de 2014.
En un vídeo publicado este martes en una cuenta de Twitter del ISIS se puede ver a milicianos del Califato tumbar y arrastrar obras de arte de más de 3.000 años para después mutilarlas con machetes, radiales y martillos neumáticos. En las imágenes, uno de los yihadistas grita: "Mahoma nos ordenó deshacernos de las estatuas y las reliquias que son producto de la herejía".
Su objetivo principal son las figuras con formas humanas a las que decapitan de un hachazo sin ningún tipo de miramiento. Algunas tomas parecen ser grabadas en la Puerta de Nergal, en donde se halla Hatra, una divinidad en forma de toro alado que era venerada en la antigua Mesopotamia y que data del siglo IX antes de Cristo.
Se sospecha que los terroristas venden otros objetos de valor encontrados en estos museos en el mercado negro para financiar su actividad.
Los daños, según la arqueóloga iraquí Lama al-Gailani, del Instituto de Arqueología del país, son incalculables: "No se trata solo del patrimonio de mi país, sino de todo el mundo y la destrucción es comparable a la del Buddha de Bamiyan que fue destrozado por los talibanes en 2007 en Afganistán".
Redacción, 26 febrero
Esculturas milenarias destruídas a golpe de hachazo y picos. Estatuas del siglo IX antes de Cristo pulverizadas a martillazos. El autodenominado Estado Islámico sigue barriendo cualquier señal histórica y cultural del patrimonio de los países por los que se va extendiendo.
Si primero fue la quema de libros, el incendio de iglesias y otros lugares de culto, ahora le ha tocado el turno de la barbarie al Museo de Mosul, la antigua Nínive en el Imperio Asirio, y bajo su control desde junio de 2014.
En un vídeo publicado este martes en una cuenta de Twitter del ISIS se puede ver a milicianos del Califato tumbar y arrastrar obras de arte de más de 3.000 años para después mutilarlas con machetes, radiales y martillos neumáticos. En las imágenes, uno de los yihadistas grita: "Mahoma nos ordenó deshacernos de las estatuas y las reliquias que son producto de la herejía".
Su objetivo principal son las figuras con formas humanas a las que decapitan de un hachazo sin ningún tipo de miramiento. Algunas tomas parecen ser grabadas en la Puerta de Nergal, en donde se halla Hatra, una divinidad en forma de toro alado que era venerada en la antigua Mesopotamia y que data del siglo IX antes de Cristo.
Se sospecha que los terroristas venden otros objetos de valor encontrados en estos museos en el mercado negro para financiar su actividad.
Los daños, según la arqueóloga iraquí Lama al-Gailani, del Instituto de Arqueología del país, son incalculables: "No se trata solo del patrimonio de mi país, sino de todo el mundo y la destrucción es comparable a la del Buddha de Bamiyan que fue destrozado por los talibanes en 2007 en Afganistán".
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