"BELLEZA EFÍMERA"
Que la belleza ayuda al triunfo personal en una sociedad consumista no es algo que vaya a descubrir ahora. Todos hemos envidiado de alguna forma a los guapos y guapas, pues cuando los tenemos a nuestro lado todas las miradas van para ellos y si encima son inteligentes que lo son generalmente como cualquier feo o fea. La belleza no está reñida con la inteligencia todo depende del uso que se haga de tal virtud, pues tenemos ante nosotros un genuino triunfador o triunfadora en una sociedad actual que lo que prima es la fachada frente al interiorismo, por el contrario la fealdad es un claro aliciente para el fracaso en al vida a no ser que se haga un sobreesfuerzo por el triunfo social.
Veía el otro día en la tele en uno de esos programas de basurerillo a un grupo de chicas jóvenes y guapas con los tacones más grandes que la falda rivalizando entre ellas para hacerse con los favores de un mozo igual de guapo y aún más macarra. ¿Qué necesidad tendrán estas criaturas de buscar la fama a toda costa? Deben pensar que con un buen cuerpo y una caída de pestañas van a salir de pobres, lo que, en realidad, no se les puede recriminar dadas las posibilidades de futuro que hoy en día hay para las químicas cuánticas y las expertas en epigrafía medieval, frente a los ejemplos que vemos todos los días de chavalas anónimas que, por gracia y milagros de la tele, se convierten en princesas del corazón. ¿Quién sabe? Si yo hubiera nacido con el físico de Angelina Jolie, ¿estaría aquí escribiendo esta columna? Sacarle partido al físico no es necesariamente malo. Si eres muy inteligente, te dedicas a la biología molecular o a ser broker en la Bolsa; si eres muy alta, juegas al baloncesto y, si eres muy guapa, intentas ser modelo, actriz o novia de Ronaldo. El problema es que una duda de si no es mejor funcionar con tu metro sesenta y tus gafas de miope antes que convertirte a los 17 años en reina de belleza, convencida de que tienes garantizadas de por vida mansiones, cochazos, el champán y los trajes de alta costura por tu cara bonita.
Leía hace poco sobre las mujeres de los traficantes de droga, las «narconovias», chicas guapísimas, voluptuosas y ambiciosas que se pasean del brazo de los reyes de la droga y viven entre lujos y caprichos. Están siempre perfectas para mantener la atención de su hombre y acaban por convertirse en una parte más de su propiedad. Algunas terminan entrando en el negocio de la droga y aprovechando su belleza o su presunto trabajo como modelos para pasar droga por las fronteras. Son las «mulas» más bellas del mundo, pero «mulas» al fin y a la postre. Cuando ves las fotos de esas jóvenes tan impresionantes que pasan de la pasarela a la cárcel o a la tumba sin que todavía les haya aparecido ni una arruga, entran ganas de ponerte delante de esas niñas que aspiran a salir en algún programa casposo al precio que sea y hacerles entender que, les guste o no y, lo crean o no, las tetas se les caerán, aparecerá la celulitis y no se librarán de las patas de gallo, y, para entonces, más vale que hayan descubierto que son mucho más que muñecas perfectas. El final de su vida puede ser trágico ahí deben de hacer uso expreso de su inteligencia, para no caerse de la peana intocable regalada por la naturaleza o mejor, la genética.
2 comentarios:
Muchas acaban siendo prostitutas de un único amo. Lo más triste es que en la TV se las muestre a muchas como triunfadoras cuando en mi opinión son unas perdedoras que se combierten en objetos sin vida propia.
Así es amigo José Ramón, tenerlo todo para luego tirarlo por la borda,en este caso la educación debería de aportar alguna enseñanza al respecto,para que vivieran no sólo de la aparienza exterior sino también de la belleza interior, para no frustarse cuando aquélla desaparezca de su cuerpo.Un abrazo amigo,siempre agradecido.
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