Menos reuniones, más higiene y evitar eventos masivos, así será la vida después del confinamiento
Los expertos insisten en la necesidad de test masivos para aislar nuevos brotes.
En la incertidumbre que genera la evolución de una epidemia mundial cuyo efecto desolador ha dejado más de 69.000 muertos en todo el planeta y más de 1.200.000 infectados oficiales, la siguiente pregunta consiste inevitablemente en saber cómo será nuestra vida después de la crisis. Con las precauciones debidas porque no hablamos de matemáticas, los expertos coinciden en algunos detalles. Cambiarán nuestros hábitos sociales y sanitarios sin duda y, por encima de todo, convendrá conocer con exactitud el número de contagiados en España a través de test masivos de detección. Menos reuniones presenciales, más higiene, restricción de las manifestaciones masivas, deportivas o de ocio, y poco trasiego entre comunidades. Así puede ser la vida gradual después de la pandemia.
Los análisis de diagnóstico, que deberían ser millones, permitirían a los ciudadanos saber si han tenido el virus y, por lo tanto, pueden disfrutar al menos de un cierto grado de inmunidad. Esto otorgaría a los servicios sanitarios la capacidad de aislar nuevos brotes en el momento en que surjan.
El Gobierno español ya prepara los protocolos de actuación para seguir una vez concluya el confinamiento y los ciudadanos salgan a la calle paulatinamente, según fuentes sanitarias consultadas por ABC.
«La reintegración laboral tendrá que hacerse con mucho reforzamiento en la vigilancia epidemiológica, para apagar cualquier fuego de contagio -comenta a ABC Daniel López Acuña, asesor del Gobierno, exdirector de situaciones de crisis de la OMS y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública-. Después de que exista nula transmisión, habrá que prestar cuidado a los colectivos más vulnerables, sellados de residencias, personas mayores con patologías. El ciclo escolar debería ser virtual y no presencial. Y convendrá restringir toda manifestación masiva, deportiva, artística, fiestas, conciertos... Serán factores de posible sorpresa».
Pase lo que pase, el futuro reviste incertidumbre por todas partes. Nadie sabe lo que sucederá. Antoni Trilla, jefe de medicina preventiva del Hospital Clinic de Barcelona y asesor del Gobierno, opinó en una videoconferencia en el BBVA que «después de esta epidemia costará mucho volver a llevar una vida normal. Y hasta cierto punto es bueno. Pensemos cosas que a lo mejor no debemos seguir haciendo. Teletrabajo, telemedicina, reducción de las reuniones presenciales, los hábitos de higiene tendrán que mejorar…. Volveremos a la vida normal, sin duda, pero convendría cierta reflexión».
El especialista incide en la obligatoriedad de fortalecer la sanidad pública. «Esto ayudará a entender que hay que reforzar el sistema sanitario, en investigación, en métodos tecnológicos para hacer mejor el seguimiento de contagios y los servicios de vigilancia. No será la última epidemia y para la próximas tendremos que estar todos más concienciados y más preparados».
«La actividad social, bares, terrazas, congregaciones, tendrá que hacerse a bajo fuego, poco a poco, para saber que no corremos riesgos. Si lo hacemos gradual, podemos valorar si hay una reintegración más normal del consumo, y si a mediados de junio volvemos a la normalidad», opina el profesor López-Acuña.
Más inquietante es la opinión de la doctora brasileña Luciana Borio, asesora de la Casa Blanca, quien vaticinó en la BBC británica : «Cuando reanudemos la vida normal, los casos de contagios volverán a subir. Lo más importante es que encontremos el modo de facilitar que se realicen las pruebas de diagnóstico a los pacientes y que los resultados se difundan entre las autoridades sanitarias».
LO QUE SE PRETENDIA.SIN MANIFESTACIONES EN LA CALLE.
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