¿QUIÉN TIENE LA CULPA DE QUE LOS MÉDICOS DE CABECERA NO PEGUEN UN PALO AL AGUA?
Una persona allegada me comenta su particular vía crucis médico y no me he resistido a denunciarlo públicamente, naturalmente con su consentimiento.
Acudió el 27 de octubre pasado a su centro de salud por molestias y dolores en la zona inguinal. Lo más probable es que se tratase de una hernia, le indicó el facultativo. Para cerciorarse le realizaron una ecografía en el Hospital de Cabueñes el 25 de noviembre. Repitió visita al médico, el 2 de diciembre y, a la vista de los resultados de la ecografía, que diagnosticaban la existencia de una hernia inguinal, le solicitó cita con el cirujano.
Recibió por carta la cita con el cirujano para el 15 de abril del presente año en el centro de salud de Pumarín. Bueno, son más de cuatro meses la demora para una consulta con el cirujano.
El pasado 24 de marzo, mi allegado recibe otra carta en la que se le comunica que la visita al cirujano prevista para el 15 de abril se retrasa al 18 de noviembre, “afortunadamente de este mismo año”. Son más de siete meses los retrasados para la consulta con el cirujano.
Transcurrirá más de un año desde la visita inicial al centro de salud. Mi familiar no quiere pensar en la posible operación, pasarán años.
¿De verdad hay motivos justificados para aplazar una simple consulta más de 7 meses?
¿Ampara todo el covid-19? ¿Nuestro ponderado sistema de salud está haciendo agua?
Buena parte de los centros de salud siguen sin atender las consultas presenciales, lo hacen por teléfono, salvo honrosas excepciones. Me comenta que pide cita por teléfono con su médico y le dan día de llamada, mínimo una semana después, y luego, según gravedad, le dará una cita presencial o no. ¿Lo ampara todo el covid-19? Antes de la pandemia las citas con el médico de familia no tardaban más de dos o tres día. Y ahora para consulta telefónica se triplica el tiempo, no se entiende.
Como usuario de la sanidad pública, mi allegado exige una explicación a la ciudadanía que sea creíble y verificable por parte de la Consejería de Salud del Principado de Asturias. Por favor, que no lo haga el director general de Salud Pública, nos dirá que es muy difícil de explicar. Cuando alguien usa esta excusa se debe a dos circunstancias: no lo sabe o no es creíble ni para él.
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