La prostitución que trajo la pandemia
La crisis económica aboca a madres sin ingresos y desempleadas de la hostelería a hacer la calle por primera vez o después de años reinsertadas.
Tenían un trabajo digno. Muchas cuidaban de ancianos, trabajaban en la hostelería o incluso regentaban pequeños negocios ahora declarados en ruina que les aseguraba un salario fijo a final de mes. Pero con la llegada de la pandemia, la extensión de los ERTE y la crisis económica, muchas mujeres se han visto abocadas a asomarse al mundo de la prostitución, que les permite conseguir dinero al final del día y cuidar, en muchos casos, de sus familias. Unas son reincidentes y otras, en cambio, la ejercen por primera vez.
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