UN RENTA SE SUBSISTENCIA.
Si hacemos caso de las estadísticas y de las informaciones de todo tipo relacionadas con el presente y el futuro de nuestros jóvenes, deberíamos sentirnos muy preocupados porque el panorama es francamente desolador, tanto por los estragos de la crisis financiera y sus efectos a medio y largo plazo como por las oportunidades laborales que brillan por su ausencia.
Leer en la prensa o escuchar en los medios que el paro juvenil en España es el más alto de la Unión Europea, por encima del 40%, es como echar un jarro de agua helada sobre las expectativas de las nuevas generaciones, que ven cómo se apagan sus ilusiones, sus esperanzas y sus proyectos. Ante tal situación va a ser inevitable que los jóvenes españoles busquen alternativas fuera de nuestras fronteras, por lo que la fuga de capital humano potencial será muy importante.
Desconozco los planes del Gobierno y las medidas que se vayan a tomar para fomentar el empleo juvenil, pero creo que esta debería ser una de las prioridades de la política económica. El futuro del país está estrechamente vinculado a las nuevas generaciones, y si no se plantea este asunto como si se tratara de una emergencia y se le da la importancia que tiene, sufriremos, sin duda, las consecuencias.
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