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viernes, 19 de junio de 2020

LA MATEMÁTICA DEL PRESIDENTE

Geometría.

Sánchez prometerá cuanto le pidan y traicionará a quienes sea necesario para mantenerse en el poder-

A Pedro Sánchez le ocurre lo que a esas chicas guapas y pizpiretas que coquetean con todos para quedarse al final sin ninguno. Los chicos se dan cuenta de que sólo juguetea con ellos y la evitan. La «geometría variable» que ha adoptado Sánchez como política de gobierno ofende a una de las ciencias más antiguas y excelsas (geo-la Tierra metron-medida), no por nada Platón puso en el frontispicio de su Academia, «No entre aquí nadie que no sepa geometría». Hay distintas clases de geometría, la plana, la esférica, la analítica, etc, etc, pero todas ellas son exactas. El Teorema de Pitágoras tiene hoy la misma validez que cuando se enunció, hace 25 siglos. Es verdad que Zenón, como la
 chica guapa, jugueteó con la realidad, pero en ésta, Aquiles alcanza a la tortuga y la flecha llega al blanco. Para que ahora llegue una panda de arrebatacapas ignorantes descubriéndonos la geometría «variable», que consiste en fragmentar la realidad, y meterse en la cama con cada fragmento para engañar a todos. El resultado ya lo están viendo ustedes. Si pacta con Ciudadanos, ERC advierte que con ellos no cuente. Si sigue con Podemos, Ciudadanos se niega a participar y a la inversa. Una salida sería entenderse con el PP, la famosa «gran coalición», con la que no necesitaría a nadie más. Pero entonces se traicionaría a sí mismo y a cuanto ha venido haciendo y diciendo los últimos meses. No es que a él, habituado a cambiar le cueste mucho. Con decir que ha vuelto a tener pesadillas, le bastaría. Pero el PP iba a imponerle unas condiciones que le dejarían prácticamente desnudo, tanto ante los suyos como ante todos los demás incluidos. En esto suele acabar quienes mienten por sistema, aunque por algún tiempo consigan engañar. Pero llega siempre el momento en que el embuste se hace tan grande que no hay forma de ocultarlo y todo se viene abajo. Ocurre también en las estafas piramidales.
Que Sánchez haya reconocido que necesita más apoyo de los habituales -o sea, que la coalición que le llevó a la presidencia ya no le basta para continuar en ella-, confirma su debilidad, sin que sirvan de nada las encuestas de Tezanos, más bromistas que nunca, ni esos 450.000 españoles que alardea haber salvado de la muerte, que no sabemos de dónde ha sacado. Pero él no es Zapatero y no se rendirá. Buscará aliados, científicos, publicistas, chaqueteros e incautos hasta debajo de las piedras, prometerá cuanto le pidan y traicionará a quienes sea necesario para mantenerse en el poder, aunque su situación continuará deteriorándose. Y la nuestra. Hemos tenido la mala suerte de, en la mayor crisis de las últimas décadas, tener el peor gobierno, sin que la oposición acabe de dar la talla. Puede que una cosa haya traído la otra. No es la primera vez, pero es la actual, la que nos toca, y hay que apechugar con ella. A fin de cuentas, nos la hemos buscado.
 

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