TODO UNA FARSA
Sr. Barbón: Yo soy un ciudadano asturiano con vehículo que, como a todos, también le está afectando la huelga de ITVASA. No entiendo por qué un Gobierno progresista no se sienta a negociar, y no a imponer, para llegar a un acuerdo con la plantilla de trabajadores. La sensación que me está generando es que ustedes se ven beneficiados de este conflicto porque, en el supuesto de liberalizar el servicio, recibirían el apoyo de una ciudadanía hastiada.
La pregunta que me planteo es ¿por qué le interesa más que los beneficios que aporta el servicio de ITV, los cuales revierten en todos los asturianos, se los lleve una empresa privada? Me explico: A estas alturas ya todos sabemos que ITVASA es una empresa con capital 100% público y con tarifas marcadas por el Principado. Por lo tanto, los beneficios que genera en el año, se los queda el Principado y sirven para solventar otros servicios públicos que no son rentables o no dan beneficios (por ejemplo, servicios sociales, educación, etcétera). Toda esta rentabilidad revierte en la ciudadanía asturiana. Bien, si la ITV se liberaliza, el Principado ya no obtendría los beneficios que hoy tiene. ¿A quién beneficia esto? Quitando, claro, a la empresa particular que dé el servicio. Entonces me preguntó: ¿hay algún interés particular o personal para no llegar a un acuerdo con los trabajadores de la ITVASA y seguir el modelo que hasta ahora existe? Es una empresa independiente que no tiene ninguna vinculación con el sector del automóvil. Incluso los trabajadores tienen que firmar una cláusula de incompatibilidad. Si se liberaliza el servicio cualquiera que tenga dinero podría poner una ITV, con tarifas que les convengan para obtener beneficios que no revertirían en el Principado de Asturias sino en el supuesto propietario de la ITV. Por esto, Sr. Barbón, ¿tiene usted algún interés personal o particular para que se liberalice el servicio?
El problema es que después de que se haga ya no se puede revertir y de nada sirve criticar el precio de las tarifas o del servicio a posteriori.
A ver si enfocamos el problema y la solución en quien corresponde: a los señores políticos.
Tenemos una ciudadanía cabreada que no entiende que la liberalización de un servicio público nunca, nunca es para mejorar el servicio y siempre, siempre es para mejorar y aumentar el patrimonio de alguien.
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