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domingo, 30 de agosto de 2020

LOS BOTELLONES Y REUNIONES SOCIALES DISPARAN EL CONTAGIO

El botellón y las reuniones sociales desatan los contagios en Madrid

El Ayuntamiento refuerza la vigilancia en los distritos del sur, con más sanciones y una elevada incidencia del Covid-19.

Es jueves y el merengue inunda el parque de la Amistad, en el distrito de Villaverde. Más de una decena de personas rodean el altavoz que despide la melodía dominante y superpuesta a las que escuchan otros grupos más reducidos y diseminados por los bancos y mesas. «Somos todos familia», explica José, que ronda la treintena, con una lata de cerveza en la mano y secundado por sus allegados. «De momento, no nos han multado, gracias a Dios», añade. Así es gran parte de los botellones, que se ha disparado este verano, a pesar de estar todavía en plena pandemia.
En julio, la Policía Municipal interpuso más de un millar de multas cada semana por consumo de alcohol en la vía pública; en total, 5.365 sanciones a lo largo del mes, 98 de ellas a menores de edad, que suponen un 132 por ciento más que en julio del año pasado. Y las zonas donde predomina esta práctica también son las predilectas por el virus, salvo el distrito de Centro, que acumula el mayor número de multas entre el 21 de junio y el 25 de agosto, un total de 2.638, pero cuya tasa de incidencia acumulada del Covid-19 ronda los 350 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días.
Varios grupos de personas consumen cervezas en un parque de Villaverde
Varios grupos de personas consumen cervezas en un parque de Villaverde - GUILLERMO NAVARRO

Mientras tanto, el distrito de Usera, con 1.538 sanciones en nueve semanas, y Villaverde, con 1.119, encabezan la lista de las zonas más azotadas por el patógeno. «Vivimos en el mismo edificio y estamos cansados de estar ahí», cuenta Nandro, junto a sus amigos, en una mesa del parque de la Amistad. Todos tienen 18 años y comparten una botella de tinto de verano; los «tapabocas» están guardados. «Nos conocemos, nos juntamos pocos, no como otros grupos», y señala más allá, donde José y sus acompañantes ríen y bailan al son de la música.

Foco de contagio

Según los últimos datos epidemiológicos, Villaverde es el tercer distrito con mayor tasa de incidencia acumulada del virus, con 703,61 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas. No obstante, muchos de sus vecinos siguen ignorando el confinamiento voluntario que recomendó la semana pasada el Gobierno madrileño en los lugares más afectados por nuevos contagios.
«Claro que tenemos miedo al virus», aseguran en el grupo de José, si bien eso no les impide encontrarse en el parque cuando cae el sol. Unas reuniones que el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, también ha aconsejado evitar en los puntos calientes. «Conviene no salir debido a los datos, da igual que fueran otros barrios, hay que extremar las precauciones y seguir las recomendaciones», instó a los distritos del sur. Pero basta un recorrido nocturno por sus zonas verdes para avistar a familiares y amigos aprovechar la época estival mientras el ocio nocturno mantiene el candado.
En el distrito más castigado por los repuntes de la región e, incluso, del país, con 823,67 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, el escenario es el mismo. Numerosos grupos se arremolinan en torno a juegos de cartas, tentempiés y alguna botella de cerveza en un parque cercano a la estación de Metro de Usera. Raúl, Rebeca y Sole han disfrutado con sus hijos de una cena al aire libre. Ellos no atienden a recomendaciones, creen que el problema yace en las aglomeraciones. «En esa cancha se juntan cien personas a jugar al baloncesto y a beber», afirma Raúl.
En otro parque, en otro distrito, Álex reparte una pequeña cantidad de marihuana sobre un papel de liar. Él y Carlos beben sendas latas de cerveza en un banco de Carabanchel, donde la tasa de incidencia es de 591,86 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. «El otro día había aquí cincuenta chavales de botellón», aseguran. «Nosotros intentamos no compartir los pitis», dice Álex. «Y el porro procuro que no», añade.

Mayor control policial

El Ayuntamiento de Madrid, que puso el foco en los botellones en julio, ha intensificado de nuevo los controles policiales, esta vez, en zonas como Usera, Villaverde y Carabanchel. «Hemos de tener una presencia importante en estos distritos y eso no quita que esta presencia policial esté en toda la ciudad, también las labores informativas», destacó este jueves la delegada del Área de Seguridad y Emergencias del Consistorio, Inmaculada Sanz.
La concejal confirmó que no persiguen macrobotellones, desaparecidos del mapa desde el confinamiento, sino pocas aglomeraciones de personas que alientan la propagación del virus. Por ello, las patrullas supervisan el uso de mascarillas, así como que las reuniones no excedan de diez personas.
Las cifras ascendentes de contagios también han obligado al Consistorio a dar un «paso atrás», como ya han hecho otros municipios de la región en la lucha contra el Covid-19. A partir del próximo martes, los más de 3.000 parques que adornan los distritos y los ocho grandes pulmones de la capital se mantendrán cerrados por las noches, de 22 a 6 horas. Una medida que no ha sido bien recibida por algunos.
«El problema no es que salgamos al parque. Yo conozco a gente que ha dado positivo y están paseando por aquí sin mascarilla. ¿Dónde está el seguimiento?», cuestiona José, vecino de Villaverde. «No entiendo por qué los bares sí pueden seguir y nos cierran los parques, si aquí estamos al aire libre y hay más distancia», opina, a su lado, Lucy. «No es lo mismo que cierren parques en Las Rozas, que aquí», esgrime Álex, en Carabanchel. De hecho, muchos vecinos apuntan a que la tipología de las viviendas en estos barrios de rentas bajas, de dimensiones reducidas, son factores que influyen en sus mayores tasas de incidencia del virus.
ESTÁ CLARO QUE EL CONTAGIO ESTÁ EN LAS MULTITUDES O AGLOMERACIONES SIN MEDIADAS DE SEGURIDAD. 

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