POR ESO NOS TOMAN.
El ministro de Sanidad ha declarado que ha tenido que interrumpir sus vacaciones para reunirse de urgencia con la Comisión Interterritorial, que, al parecer, es más efectiva que todas las “pomposas” reuniones virtuales que el presidente del Gobierno ha tenido con los presidentes autonómicos, de las que no salían, en concreto, más que vagas declaraciones de intenciones.
Salvador Illa, al que hay que reconocer su implicación diaria durante la pandemia, se ha debido quitar un papelón de encima derivando las competencias a las comunidades, pero no es de recibo que después de su reunión, a las preguntas de los informadores sobre la entrada en vigor de dichas medidas, dijera que “lo antes posible”, una respuesta tan imprecisa como impropia de un ministro que ha estado al pie del cañón y que es el único que ha “sacrificado” su merecido descanso estival.
Pero no nos tomen por tontos y digan las cosas claras, porque cuando leemos las noticias en la prensa y descubrimos que nos han dicho las verdades a medias da mucho coraje. Ayer el Ministro debía saber que hoy todas las comunidades iban a cerrar el ocio nocturno y no quiso, suponemos, así manifestarlo. Váyase usted a saber por qué. O quizá sí, porque las malas noticias es mejor que las den otros.
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