El juez cree que Rusia ofreció a Puigdemont 10.000 soldados tras el 1-O
«Habría desencadenado un conflicto armado con el Estado con un incierto número de víctimas», dice el auto.
Un juez de Barcelona considera que en otoño de 2017 Rusia ofreció al entonces presidente de la Generalitat Carlos Puigdemont trasladar a Cataluña 10.000 soldados. «De haber aceptado, probablemente los acontecimientos habrían sido trágicos y habrían desencadenado un conflicto armado con el Estado con un incierto número de víctimas mortales», recoge el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, en el auto al que ha tenido acceso ABC, y en el que autorizó los registros que la Guardia Civil ha practicado este miércoles. Los rusos querían, según el juez, «hacer de Cataluña un país como Suiza».
Todo parte de una conversación que la Guardia Civil interceptó entre el republicano Xavier Vendrell y el dirigente de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) Víctor Terradellas el pasado 16 de mayo de 2018. Este último grabó esa conversación, con lo que el juez no ve motivos «para dudar de su legitimidad y autenticidad», según recoge en el mismo auto a partir de la cual la Guardia Civil ha arrestado este miércoles a 21 personas en 30 registros practicados.
Según aquella charla telefónica, Vendrell había sugerido a David Madí, mano derecha de Artur Mas, que comentase con Xavier Vinyals -que se encargaba de los temas internacionales de Puigdemont- la utilización de criptomonedas con las que la Generalitat pretendería garantizar su estabilidad financiera y evitar el control del Estado en los movimientos de fondos. Terradellas llevaba cinco meses de delegado con un grupo de Rusia que se había creado en la época de Gorbachov para el desarrollo de esa plataforma de criptomonedas, según el juez. Es más, Terradellas tenía previsto viajar a Rusia el 28 de mayo de ese año y Vendrell se ofreció para acompañarle. Ese grupo ruso quería participar en los temas de comunicación, que, conjuntamente, estaban realizando Vendrell, Madí y el productor de televisión Jaume Roures.
Terradellas, según el mismo auto, explicó que el jefe de grupo ruso había ofrecido a Carles Puigdemont el 24 de octubre de 2017 -tres días antes de la declaración unilateral de independencia- «contar con 10.000 soldados y pagar toda la deuda catalana», pero que entonces el presidente de la Generalitat «se cagó en los calzoncillos», según dijo literalmente Terradellas. El grupo ruso supuestamente quería hacer de Cataluña un país como Suiza. Vendrell mostró su preocupación porque dijo estar bajo vigilancia de los servicios secretos y quería garantizar la máxima seguridad para que no trascendiesen las relaciones con Rusia.
Por otro lado, el 9 de noviembre del mismo año el empresario del ámbito de la comunicación Oriol Soler se entrevistó en la embajada de Ecuador en Londres con Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, huido de la justicia estadounidense. Al parecer, acudió a aquella cita acompañado de Andreu Grinyó, experto en campañas de comunicación y también afín al independentismo. Para el juez, esta reunión se enmarca «en la estrategia de desinformación y desestabilización en la que también habría participado el gobierno del Kremlin», como parte de su narrativa general sobre una Unión Europea.
El propio Soler, según el juez, habría viajado a San Petersburgo el 5 de junio de 2017 y, «actuando de enlace de Puigdemont, habría trasladado a Serguéi Markov respecto al reconocimiento de Crimea a cambio del apoyo ruso a la independencia de Cataluña«. El mismo Terradellas había hablado del respaldo de los 10.000 soldados rusos.
«Parece evidenciarse que, en realidad, la injerencia rusa como medida de estrategia geopolítica de desestabilización fue un hecho durante el otoño de 2017», recalca el juez.
NO ES NADA DESCABELLADO
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