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miércoles, 2 de septiembre de 2020

LOS OKUPAS QUE SE FUERON DE VACACIONES DENUNCIAN AL DUEÑO DEL PISO

Los «okupas» que se fueron de veraneo a Ibiza denuncian al propietario por cambiar la cerradura

Manuel, que recuperó la vivienda al enterarse de que la pareja estaba de vacaciones, citado por los Mossos.

La pareja llevaba años sin pagarle a Manuel los 400 euros al mes que habían apalabrado por el alquiler de su piso, en Mataró (Barcelona). Pero hace unos días el propietario vio en las redes sociales que la pareja estaba de vacaciones en Ibiza, con lo que aprovechó para «okupar» su propia vivienda. Ahora, Manuel tendrá que declarar ante los Mossos d'Esquadra. Y es que la pareja lo ha denunciado por haber cambiado la cerradura del inmueble y por un delito de coacciones.
«Las leyes están muy mal, y esto está para cambiarlo, como no se haga algo no sé dónde vamos a llegar», ha lamentado este miércoles en declaraciones a ABC Manuel Márquez, que tendrá que presentarse el viernes en una comisaría de la localidad, tras recibir hoy mismo la citación, a la que ha tenido acceso este diario. Se ha cumplido lo que Manuel temía: que quienes durante años han estado destrozando su vivienda y atemorizando al vecindario lo denunciasen. Deberá dar explicaciones a la policía catalana de por qué irrumpió en su propio piso para recuperarlo.
Cuando Manuel decidió tirar abajo la puerta de aquella vivienda, en la que sus moradores habían incluso instalado una alarma, en lugar de un hogar lo que se encontró fue una pocilga. Tapió la puerta y sacó del piso en bolsas de basura las pertenencias de la pareja. No era su vivienda habitual, pues este vecino de Mataró de 45 años, que desde hace 15 años trabaja en una empresa de asistencia en carretera, hace tiempo que vive en otra casa con su pareja y con sus dos hijos. Había sido, como él dice, su «piso de soltero».
Todo había empezado cuando hace años le ofreció el piso al que pensaba que era su amigo, pues el casero de la casa en la que estaba no le había renovado el contrato. Consensuaron una mensualidad de 400 euros y no firmaron contrato, Manuel confió en su palabra. Pero este individuo y su pareja solo acabarían pagándole los dos o tres primeros meses. Y así lleva más de cinco años.
Y Manuel no era la única víctima de la pareja, que mantenía al bloque atemorizado con su comportamiento violento. Hasta el punto de que algunos vecinos acabaron por mudarse, cansados de aguantar gritos, amenazas e incluso agresiones.
ESTE ES UN PAIS DEL TERROR Y QUE NO SE SABE DÓNDE ESTÁ LA LEY NI A QUIEN PROTEGE.

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