SANIDAD PÚBLICA ,EL CAOS

 A RÍO REVUELTO GANANCIA DE PESCADORES.

Un elevado número de usuarios de la Sanidad Pública del Principado de Asturias nos estamos preguntando lo mismo: ¿Qué es lo que está pasando en los centros de salud? Asumido que la situación pandémica, originada por el covid-19, que provocó el estado de alarma en todo el país, ha cogido a todo el mundo con el pie cambiado y ha provocado una auténtica conmoción en todos los órdenes, especialmente en el sistema sanitario, poniendo patas arriba todos los procesos en curso, lo que no es de recibo, tres meses después de haber recuperado lo que se ha dado en llamar “mueva normalidad”, es que el Sespa aún no haya dado ninguna respuesta a la inmensa mayoría de las miles de consultas que, por la especial situación de excepcionalidad, habían quedado aplazadas. Salvo, claro está, que esta “nueva normalidad” sea la paralización y el caos.

Si bien es verdad que los grandes centros sanitarios, como el caso del HUCA en Oviedo, están haciendo esfuerzos para recuperar las consultas que habían sido suspendidas en los momentos más críticos de la pandemia, no ocurre lo mismo con los centros de salud, que parecen haber quedado en un limbo. No solo tienen aún pendiente la reprogramación de las consultas suspendidas, sino que, además, cuando se acude, de forma personal, a uno de esos centros para cualquier gestión, se recomienda, encarecidamente, al paciente que use el servicio telefónico para solicitar el servicio de consulta o asistencia que necesite. Hasta aquí, todo correcto. El evitar aglomeraciones en los centros sanitarios, en la medida de lo posible, sin duda es una buena decisión, pero el problema no se queda ahí. Cuando el sufrido paciente coge el teléfono para llamar a alguno de los números que le han facilitado al efecto, se encuentra que, al otro lado de la línea, no hay nadie que conteste. O bien obtiene como respuesta que el número está ocupado, o la llamada se prolonga hasta el corte de la comunicación. Así una y otra vez y uno y otro día hasta la desesperación.

Creo que ya es tiempo suficiente para exigir que la calidad de la atención sanitaria, a todos los niveles, que los ciudadanos estábamos recibiendo antes de la pandemia, con todas sus virtudes y defectos, sea recuperada. No se debe admitir más demora para ello y, por tal motivo, debemos recabar a las autoridades competentes que pongan límite a esta indeseable situación, poniendo todos los medios necesarios para conseguirlo. Lo que no se puede admitir es que ocurra lo mismo que en la película “Lo que el viento se llevó”, cambiando el viento por pandemia. La vida tiene que continuar, y lo que debemos evitar es que otros pacientes, muchos más, afectados por otras patologías ajenas al covid-19 puedan perder sus vidas por los efectos colaterales de esta emergente enfermedad.