La izquierda abertzale iguala a las víctimas de «todas las violencias» en su jornada a favor de los presos
El Palacio de Euskalduna de Bilbao ha acogido un coloquio que ha contado con el apoyo del PNV y de los independentistas catalanes y gallegos
El colectivo a favor del acercamiento de presos de ETA, Sare ha arrancado la jornada reivindicativa por los presos de ETA con una mesa redonda en la que se han sentado tres víctimas de ETA, la hija de un asesinado por los GAL y la hermana de Mikel Zalbalza, cuyo fallecimiento durante su detención en el cuartel de Intxaurrondo, en San Sebastián, nunca terminó de esclarecerse. En el acto, que ha congregado en una de las salas del Palacio Euskalduna de Bilbao a unas 70 personas, los cinco ponentes han pedido evitar la «utilización política» de la violencia.
Robert Manrique, superviviente del atentado de Hipercor, era el encargado de abrir, por videoconferencia, un coloquio en el que ha reconocido no compartir «la línea oficial» de las víctimas de ETA.
En su intervención ha reivindicado la importancia de reconocer el daño causado por todos, «sea quien sea», ha matizado. Además, se ha mostrado especialmente crítico con la utilización política que se está haciendo del fin del terrorismo etarra: «La mayoría de políticos se arrogan un mérito, pero no es justo, el mérito es de la sociedad». Y por eso cree que es necesario seguir trabajando a nivel social «para que esto acabe bien».
Naiara Zamarreño, hija de Manuel Zamarreño, concejal del PP asesinado por ETA en Rentería en 1998, ha explicado que a ella los pasos que ha dado la izquierda abertzale en los últimos tiempos la han hecho sentirse «más tranquila» y que en su pueblo, en Rentería, su día a día es ahora mucho más amable. Sin embargo cree que todavía queda trabajo por hacer. «Cuando veo los recibimientos a presos excarcelados, eso duele», ha reconocido, y por eso ha pedido a las instituciones y partidos políticos afines mayor firmeza «porque son sus votantes los que los están haciendo».
La hija del ex ministro socialista Ernest Lluch a quien ETA mató a sangre fría en el año 2000, Rosa Lluch, no tuvo que enfrentarse a esa división social porque a su alrededor sus vecinos «siempre estuvieron alineados en contra de la violencia». Y sin embargo ha contado que en ciertos momentos se ha sentido abandonada. «Muchos dicen hablar en nuestro nombre pero nadie nos pregunta qué sentimos y qué necesitamos», ha lamentado antes de pedir a políticos e instituciones que vuelvan a «preguntar» a las víctimas y no tengan solo en cuenta «lo que piensen las asociaciones».
Junto a estos testimonios los asistentes también han escuchado las quejas de Maite García, víctima del GAL y de Idoia Zabalza, hermana de Mikel Zabalza, que han explicado cómo se han sentido abandonadas por las instituciones. «Las víctimas de estas violencias somos las grandes olvidadas», ha reivindicado García que ha pedido un trato igualitario para todos los colectivos. «Nos niegan el derecho a conocer la verdad», ha añadido Zabalza que sólo ha intervenido en euskera.
Apoyo independentista
El apoyo político ha estado encabezado por EH Bildu. Su portavoz parlamentaria, Maddalen Iriarte, ha reclamado, en declaraciones a los medios de comunicación, que «todas las víctimas tienen que ser reconocidas y tener verdad y reparación». Asimismo, ha pedido terminar con la «política penitenciaria de excepción» y ha reiterado que su formación seguirá trabajando para que todos los presos etarras vuelvan al País Vasco.
El PNV ha optado por apoyar también la convocatoria de Sare, aunque lo ha hecho enviando al Palacio de Euskalduna a una representación de bajo nivel político. La parlamentaria del PNV, Irune Berasaluze, ha demandado una «negociación» para acabar con la política penitenciara «de excepción» y seguir apostando por la «política de acercamiento de los últimos meses».
El acto también ha contado con el apoyo del independentismo catalán y gallego. En el patio de butacas se han sentado representantes de ERC, Junts per Cataluña, la CUP o el BNG. A su llegada Carme Forcadell, ex presidenta del Parlamento de Cataluña, que se ha autodenominado «presa política», ha explicado su presencia porque a su juicio es necesario poner en marcha políticas de reconciliación para «solucionar cualquier conflicto político». «Homenajear a las víctimas del terrorismo, respetarlas, darles voz es muy importante y a la vez también lo es denunciar la situación de los presos de ETA», ha añadido.
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