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sábado, 29 de enero de 2022

PUTIN Y ZALENSKI LANZA MENSAJES CONCILIADORES PARA REBAJAR LA TENSIÓN.

 Putin y Zelenski lanzan mensajes conciliadores para rebajar la tensión

El ministro ruso de Exteriores volvió a acusar a Occidente de estar enviando armas a Ucrania y de empujarla a un conflicto.

Por primera vez desde el comienzo de una crisis cuya fase álgida pronto entrará en su tercer mes, el viernes se escucharon mensajes conciliadores. El presidente ruso, Vladímir Putin, convino durante una conversación telefónica con su homólogo francés, Emmanuel Macron, en que hace falta una «desescalada» para aplacar las actuales tensiones en torno a Ucrania y «continuar el diálogo».

Desde Kiev, en un encuentro con periodistas extranjeros, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, llamaba a Occidente y a la prensa en particular a no levantar «pánico» dando por hecho que Rusia invadirá su país. En otra comparecencia ante varios medios de comunicación, entre ellos la radio Eco de Moscú, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, aseguraba desde la capital rusa que «si va a depender de Rusia, no habrá guerra».

El canciller ruso, no obstante, blandió la posibilidad de que el Kremlin pueda reconocer como estados independientes a las autoproclamadas repúblicas rebeldes de Donetsk y Lugansk (Donbass), en el este de Ucrania, como ya hizo en 2008 con los territorios georgianos de Osetia del Sur y Abjasia. Pero matizó que tal posibilidad «debe tenerse en cuenta en el contexto de la línea de firmeza para que Occidente obligue a Kiev a cumplir con los Acuerdos de Minsk».

Este mantra lo vienen repitiendo las autoridades rusas desde febrero de 2015, cuando se firmó la segunda y definitiva versión de aquel pacto para detener la sangría en Donbass. Lo rubricaron Alemania, Francia, Rusia y Ucrania, el llamado Cuarteto o Grupo de Normandía por que nació en esa región del norte de Francia.

La trampa del Donbass

De ello hablaron el viernes Macron y Putin y éste le insistió a su colega francés que «el paquete de medidas de Minsk establecen que hay que mantener un diálogo directo con Donetsk y Lugansk y legalizar un estatus autonómico especial para Donbass», aspectos en donde las autoridades ucranianas ven precisamente la trampa, ya que un diálogo sin acotar las competencias que deben ser transferidas condena al fracaso cualquier esfuerzo de acuerdo. Los intentos de satisfacer a los separatistas pueden eternizarse sin conseguir resultado alguno.

Pero Putin considera que la reunión de emisarios del Grupo de Normandía mantenida el miércoles en París, según la nota distribuida el viernes por el Kremlin, «confirmó un estado de ánimo propicio para que Rusia y Francia sigan trabajando en este formato». Se acordó en la capital francesa que lo prioritario ahora es el cumplimiento total de la tregua.

Pero Macron quiere ir más allá y repetir un encuentro con los mismos representantes en Berlín dentro de dos semanas. El objetivo es convocar más adelante una cumbre de líderes del Cuarteto de Normandía como la celebrada en París en diciembre de 2019, pero más fructífera porque en aquella sólo se acordó un intercambio de prisioneros parcial. En ella podría participar también Estados Unidos y el principal problema a tratar sería la interpretación de los acuerdos de Minsk. El representante ruso en las negociaciones de París del miércoles, Dmitri Kózak, reconoció que «hay distintas interpretaciones».

Lavrov señaló también en su entrevista que Kiev «no controla una parte significativa de sus unidades armadas y los nervios de alguien pueden fallar, muchos son propensos a la psicosis militarista. Por eso, no descarto que alguien quiera provocar una guerra, pero Rusia no lo quiere». Además, el ministro ruso volvió a acusar a Occidente de estar enviando armas a Ucrania y de empujarla a un conflicto.

El ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Réznikov sin embargo, declaró el viernes que «no hay eventos ni acciones de carácter militar en la frontera con Rusia». Durante una sesión de control en la Rada Suprema (Parlamento), Réznikov insistió en que no ve «diferencias significativas en el plan militar a la situación de la pasada primavera (…) la única es la situación en Bielorrusia», país que ha desplegado fuerzas en la frontera con Ucrania y amenaza con intervenir si estallara una guerra.

Posibles represalias

Lavrov se refirió también al constante deseo de Zelenski de reunirse con Putin. «Si el presidente ucraniano quiere discutir cómo normalizar las relaciones con Rusia, que venga a Moscú, San Petersburgo o Sochi», manifestó el jefe de la diplomacia rusa. Pero, según sus palabras, «no para hablar de Donbass, eso es un problema interno de Ucrania. Para eso debe acudir al Grupo de Contacto Trilateral», constituido por Rusia, Ucrania y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

En alusión a la respuesta que Moscú recibió de Washington el miércoles sobre las «garantías de seguridad» que Rusia exige a Occidente, Lavrov explicó que su país está preparando propuestas en caso de que no se llegue a un acuerdo con Estados Unidos, cuyo secretario de Estado, Antony Blinken, rechazó que Moscú pueda tener derecho de veto para determinar qué países pueden entrar a formar parte de la OTAN y cuáles no.

«¿Qué haremos si Occidente no escucha la voz de la razón? El presidente ya se ha pronunciado al respecto. Si fracasan nuestros intentos de acordar principios mutuamente aceptables para garantizar la seguridad en Europa, tomaremos medidas de represalia», advirtió el ministro ruso. Respondiendo a una pregunta directa sobre cuáles podrían ser tales medidas, Lavrov dijo: «Pueden ser muy diferentes y la decisión se adoptará en base a las propuestas que presenten nuestros militares».

Sobre las demandas rusas en materia de seguridad hablaron el viernes Putin y Macron. Repitiendo lo que dijo su ministro de Exteriores el jueves, el jefe del Kremlin le dijo a su homólogo galo que «las respuestas de Estados Unidos y de la OTAN no tuvieron en cuenta las preocupaciones fundamentales de Rusia». «La cuestión clave fue ignorada, es decir, cómo Estados Unidos y sus aliados prevén poner en marcha el principio de la OSCE de que nadie debe reforzar su seguridad en detrimento de la seguridad de otros países», según la nota difundida por el servicio de prensa de la Presidencia rusa.

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