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sábado, 16 de enero de 2021

MIEDO ME DA LA VACUNACION EN MANOS DE LOS POLÍTICOS.

TODO ES PROPAGANDA Y POCO COMPROMISO.

La verdad es que viendo el espectáculo que están dando los políticos en lo que respecta a la pandemia de covid-19 todas las precauciones son pocas.

Basta con ver cómo se vanaglorian cuando la fortuna les sonríe, minusvalorando a los ciudadanos de otras comunidades, sin prever que al poco serán ellos los que caen en desgracia y deben soportar los comentarios irónicos de los anteriores.

El funcionamiento, ya constatado, de esta pandemia se rige por una secuencia en diente de sierra, de mejoras y empeoramientos sucesivos, producto del desconocimiento de la misma, que soporta el ciudadano y que sufre en demasía, pues sabido es que el dolor y destrozo que produce un corte de sierra es mucho mayor que el de un filo uniforme.

En casos como el que nos ocupa, ruegas que el político, que solo se mueve por su insaciable ambición de notoriedad, se calle. Por favor, que no traten de sacar beneficios con ideas peregrinas (no quisiera recordar el pretendido negocio de vender oro de las reservas porque era improductivo, y al poco subió su cotización).

Vamos, pues, a centrarnos en el momento actual, en el que ya tenemos las primeras vacunas listas para su uso.

Justo ahora que necesitamos que todo se desarrolle de la manera más estable posible “se abre el melón”. A nosotros nos toca el mini- y a los catalanes el -stro.

No es que antes el melón completo hiciera nada, más bien no dejaba hacer, pero ya le teníamos cogida la medida.

Con la vacuna empezamos lentos, pero nos aseguran que “enseguida cogeremos velocidad de crucero”. Espero que no nos estrellemos.

La cabeza les dio para establecer un orden de vacunación por grupos de riesgo, y nada más.

Una vez que ya se estableció por la CE el ritmo de vacunas a suministrarnos, y aquí el orden de vacunación, ¿ustedes creen que se pusieron a hacer un programa informático en el que todos tengamos establecida la fecha de nuestra primera dosis y automáticamente la de la segunda?

Vamos al caso de Asturias. ¡Viva! “Somos los primeros, ya pusimos un 80% de las primeras 12.000 primeras dosis”.

Por favor, aclaren los números. Dicen que de las primeras 12.000 pusieron 9.600 dosis ¿a 9.600 ciudadanos? ¡Dios mío! ¿Dónde están las 9.600 dosis para la segunda puesta? No me vale que digan que ya tendrán otras para esa fecha. Por ahora, solo oí hablar claro al presidente de la Sociedad Española de Inmunología, cuando dijo que en los centros de salud debe separarse la mitad de las dosis, del mismo lote, para ponérsela a los mismos ciudadanos 21 días después. ¿Quién es el político para poner en riesgo la conclusión del proceso de mi vacunación? Que se dejen de patochadas del “grupo de expertos”.

¿Creen que acabarán antes si se dedican a poner todas las que llegan? ¿Qué harán cuando a partir del día 20, hasta el 40, aparezcan a poner la segunda dosis tantos como dosis hay?

Lo que están haciendo (suponiendo que se pusieran las 12.000): 3 semanas x 12.000 pacientes con 1.ª dosis + 3 semanas x los mismos 12.000 con 2.ª dosis. Total 6 semanas: 36.000 inmunizados.

Lo que debieran hacer: 3 semanas x 6.000 pacientes con 1.ª dosis + 3 semanas x los mismos 6.000 con 2.ª dosis y 18.000 pacientes con 1.ª dosis. Total 6 semanas: 18.000 inmunizados y 18.000 inmunizados con 1.ª dosis.

Hay un desfase de 18.000 pacientes a falta de una dosis (haberlo hecho antes mejor) pero es seguro.

Si algo sale mal, la única manera de intentar comprobar el fallo es mediante la trazabilidad de la vacuna (identificación de los lotes) y de los procedimientos. ¿Se creen que vale para algo la pegatina de Gobierno de España? (sabiendo que la Fiscalía impide que se le impute cualquier responsabilidad habida o que haya). Lo único que vale es el código de barras de las vacunas.

En algún caso, cuando llegó el momento de poner la dosis comprobaron que aún estaba congelada y debió retrasarse. La improvisación era espectacular.

Vale que frente a morir como perros en la primera oleada vacunarse rápidamente sea un mal menor, pero prescindir de los mecanismos de control que están sobradamente desarrollados para cualquier proceso es de acémilas; por no entrar en temas penales.

La verdadera prueba de las vacunas va a ser esta vacunación. Los probadores seremos todos. Tenemos, pues, derecho a controlar lo que nos hacen y cómo lo hacen.

Respecto al caso del millón de asturianos, tardarían en vacunarse 167 semanas, o 42 meses, es decir, 3,5 años.

Lógicamente, dirán que tendrán otros laboratorios. Prefiero no pensar el lío que se formará entonces.

Así pues, no me extraña que haya políticos que se creen epidemiólogos. Ya los hay que pretenden alargar de 21 días a 40 días la segunda dosis. Ya se autorizaron las vacunas con pruebas fuera de los márgenes establecidos hasta el momento, como para inventar nuevos procesos.

Sin duda, los políticos que están al mando nos deben dar una explicación clara y comprensible, pues es nuestra vida, y no se olviden de que sin nosotros, ellos no son nada.

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