El Congreso se rebela ante la «burla» de Illa y aprueba su comparecencia como reprobación
El PSOE se queda solo justificando que el ministro debe cesar antes de rendir cuentas sobre el estado de alarma.
El Congreso de los Diputados ha puesto pie en pared ante la decisión del ministro de Sanidad, Salvador Illa, de dimitir dos días antes de tener que rendir cuentas por el estado de alarma ante el Congreso. A iniciativa del PP, la Diputación Permanente ha decidido aprobar la comparecencia extraordinaria del ministro en la comisión del ramo.
No se trata tanto del intento de forzar las explicaciones del titular de Sanidad que a estas alturas ya se dan por perdidas -Illa comunicó este lunes que hoy es su último día en el Gobierno- como de reprochar oficialmente su actitud, y poner un feo broche final a su etapa en el Gobierno.
La evasión de explicaciones ha recibido esta mañana una catarata de críticas desde todos los grupos parlamentarios salvo el PSOE. Ha sido calificada desde «burla» al Congreso por parte de la portavoz del PP, Cuca Gamarra, a «error» según el presidente del Grupo Unidas Podemos, Jaume Asens, pasando por conducta «poco ética» a juicio del portavoz de Compromís, Joan Baldoví , pasando por un «error.
Desde el PSOE, el portavoz Guillermo Meijón, ha defendido que Illa anunció que dimitiría cuando se conociera el calendario electoral catalán y consideró que los populares deberían retirar su petición de comparecencia por «lógica cortesía parlamentaria», para que la persona que sustituya a Illa al frente de Sanidad tenga tiempo de prepararse las explicaciones.
El PP no atendió a la petición de retirada puesto que el decreto de estado de alarma obliga al ministro de Sanidad a solicitar comparecer una vez al mes. En diciembre, el dirigente catalán cursó la petición cuando solo quedaban cuatro días parlamentariamente hábiles para evitar dar explicaciones. Así, pese a que el todavía titular de Sanidad se comprometió a rendir cuentas por el estado de alarma una vez al mes, no lo hace desde finales de noviembre.
«Parece razonable que en una comparecencia ya prevista y que el Gobierno se compromete a celebrar de inmediato, se ocupe el nuevo responsable que vaya a ocupar el cargo», defendió.
TODOS SON CULPABLES.
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