EE.UU. e Israel ponen en evidencia la ineficacia de la estrategia de vacunación europea
Reino Unido modifica su legislación para poder formar y reclutar a miles de voluntarios que asuman diferentes roles en la campaña de vacunación.
Mientras Europa se ve abocada inevitablemente a la tercera ola de Covid-19, buena parte de sus ciudadanos miran con envidia la eficacia de países como Estados Unidos o Israel, que en pocas semanas no solo han conseguido ponerse a la cabeza mundial de la vacunación contra el coronavirus, sino que además ya están administrando la segunda dosis de la farmacéutica Pfizer-BioNtech. Esta situación obligó el lunes a la Comisión Europea a defender su estrategia para la adquisición centralizada y distribución simultánea de vacunas frente a las voces que critican que no se hayan contratado suficientes dosis de Pfizer-BioNTech. Todo ello en medio de la polémica porque algunos países europeos no alcanzan a administrar siquiera las dosis recibidas, como es el caso de España o Francia.
En el país galo, apenas se han vacunado unas mil personas entre el 27 de diciembre y el 4 de enero (de 67 millones de habitantes). A juicio de los analistas de CovidTracker, a ese ritmo, Francia llegaría a vacunar a un millón de personas hacia el 2050. El gobierno anunció medidas de urgencia para intentar agilizar el ritmo de las vacunaciones, para intentar recuperar el tiempo perdido por razones que nadie termina de explicar con claridad.
Jean Castex, primer ministro, prometió el martes tomar medidas urgentes. En Francia, la vacuna no es obligatoria, y es imprescindible tener el consentimiento escrito de las personas de más de 65/75 años, en los hospitales y residencias, públicas y privadas. El papeleo administrativo del consentimiento estaría produciendo un rosario de retrasos en toda Francia. El 58% de los franceses comienzan por no desear vacunarse voluntariamente.
Consciente de ese problema, el gobierno ha decidido cambiar el proyecto original, aceptando la vacunación de voluntaria de médicos, enfermeras y personal sanitario de 55 a 65 años. Al mismo tiempo, se toman de medidas de urgencia, para facilitar el acceso a los hospitales y centros médicos.
Esas medidas no terminan de convencer completamente. A juicio de Nicolas Baverez, historiador, ese modestísimo ritmo de vacunación confirma que Francia «ha bajado de categoría», dejando al descubierto la fragilidad y debilidad de un Estado «demasiado obeso» y una centralización administrativa ineficaz.
Jean Rottner, presidente de la región Gran oeste, estima, por su parte, que se trata de un «escándalo de Estado», consecuencia del más funcionamiento del gobierno y las administraciones públicas.
De la extrema izquierda a la extrema derecha todas las fuerzas políticas nacionales han criticado con mucha severidad la «velocidad de caracol» de las vacunaciones, atizando una polémica muy agria.
El presidente Emmanuel Macron recibió la noticia de la llamativa lentitud de vacunación declarando: «Esto debe cambiar muy rápido. No dejaré que se prolongue una lentitud injustificada por muy malas razones», informa Juan Pedro Quiñonero.
Merkel llama a Putin
Desde el inicio de la campaña, Alemania ha conseguido vacunar a unas 270.000 personas y, a este ritmo, difícilmente cumplirá con los plazos establecidos. Con el objetivo de acelerar la inmunización, la canciller Angela Merkel y el presidente ruso Vladimir Putin mantuvieron este martes una conversación telefónica en la que exploraron nuevas posibilidades de producir conjuntamente las vacunas. «Se acordó continuar conversando sobre el tema entre los Ministerios de Sanidad y otras estructuras especializadas de los dos países», dijo el Kremlim en una nota.
Esta conversación se produce cuando Rusia ha vacunado ya a un millón de personas con la cuestionada Sputnik V y enviado remesas de esta vacuna a Argentina, Venezuela, México y Bolivia, en medio de reproches internacionales por estar aprovechando la vacuna para aumentar su influencia geopolítica en esos países. Putin ha reconocido, sin embargo, que Rusia carece de medios para la producción a gran escala y ha buscado acuerdos de cooperación con India, que producirá cien millones de dosis de la vacuna rusa, además de Brasil, China y Corea del Sur. La potencial cooperación con Alemania surge además en un momento en el que el gobierno de Berlín está recibiendo crecientes críticas por la lentitud con la que se aplica la vacuna y por la política de producción adherida a Europa, que la gran coalición sigue defendiendo contra las acusaciones de ineficiencia de la oposición, que considera la política de compra y distribución a través de Bruselas como un lastre., informa Rosalía Sánchez.
Más voluntarios en Reino Unido
Ante el aumento descontrolado de los contagios, Reino Unido empezó este lunes a administrar también la vacuna de Oxford/AstraZeneca y está reclutando a miles de voluntarios para que asuman diferentes roles en la campaña de vacunación. El Gobierno británico ha cambiado la legislación en vigor para permitir que un grupo más amplio de personal reciba capacitación para administrar la inyección. Reino Unido es el único país europeo en el podio de la vacunación. Su plan es vacunar a dos mil personas por semana y conseguir 13,9 millones a mediados de febrero.
Israel, líder mundial
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fue el primero en ponerse la vacuna de Pfizer/ BioNTech el 19 de diciembre para dar ejemplo. Dos semanas después el Estado judío suma 1,2 millones de vacunados y lidera la carrera mundial de los países ricos por vacunar a sus ciudadanos contra el coronavirus, por delante de Bahrein. En este tiempo récord los israelíes han inoculado al 12% de su población, lo que supone casi la mitad de las personas en riesgo, según la web Our World in Data, una alianza entre la Universidad de Oxford y una organización benéfica educativa con sede en Reino Unido.
Este ritmo de vacunación se reducirá en los próximos días por la falta de suministro desde Pfizer, pero no afectará a la segunda dosis de los ya vacunados, informó el ministerio de Salud. Cuestionado por los motivos que han llevado al país a convertirse en el número uno del mundo en esta carrera de la vacunación, el ministro de Salud, Yuli Edelstein, aseguró que «estábamos preparados a tiempo, firmamos los contratos con los laboratorios punteros cuando había que firmarlos y les convencimos de que si nos garantizaban las dosis seríamos capaces de distribuirlas en un corto periodo de tiempo. Eso es exactamente lo que ha ocurrido», informa Mikel Ayestarán.
Segunda dosis en EE.UU.
Estados Unidos ha comentado esta semana a aplicar la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus, justo cuando la Agencia del Medicamento ha desestimado una propuesta de prescindir de esa inoculación de seguimiento. Los diferentes estados, desde Florida hasta Oregon, han comenzado a inyectar la segunda dosis a empleados de los servicios sanitarios, que ya fueron inoculados en la primera ronda que comenzó el 14 de diciembre.
Sin embargo, la vacuna no se está aplicando a la ciudadanía con la velocidad que la Casa Blanca prometió. Más de dos tercios de los 15 millones de vacunas contra el coronavirus distribuidas dentro del país no se han utilizado, y la Casa Blanca ha culpado de ello a las trabas logísticas de los diferentes estados, encargado cada uno de su propio sistema sanitario. Mientras, los nuevos casos aumentan a razón de 2.600 por día en EE.UU.
Los coordinadores de la respuesta gubernamental a la pandemia han debatido en días recientes la posibilidad de reducir la dosis de la vacuna o incluso prescindir de la segunda inoculación, para ampliar el número de personas inmunizadas. Sin embargo, este martes la Agencia del Medicamento rechazó esas propuestas en un comunicado en el que dijo que no hay suficientes pruebas científicas de que reducir la dosis es seguro. Además, hay un excedente de dosis no empleadas.
Paralelamente, la Agencia del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) ha recomendado a los servicios médicos que empleen la misma vacuna en la primera y la segunda dosis. EE.UU. lleva aplicando desde diciembre dos tipos de vacuna, la de Moderna y la de Pfizer. La FDA asegura que no hay pruebas todavía de que ambas puedan combinarse sin quedar anuladas.
Los números no son halagüeños para la Casa Blanca. A esas alturas, según dijo el presidente Donald Trump, debería haber más de 20 millones de personas inmunizadas, pero en realidad apenas superan los cuatro millones. Ha habido infectadas más de 20 millones de personas, de las que 354.000 han fallecido. No hay todavía estudios fiables de cuánto dura la inmunidad tras desarrollar los anticuerpos del virus, informa David Alandete.
NUNCA VI TANTO BORREGO JUNTO.
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