Felipe González reitera su rechazo a los acuerdos con Bildu: «No hay ningún pacto que hacer»
Elena Valenciano y Eduardo Madina destacan la importancia de liderar el relato tras el fin del terrorismo
El expresidente evita «interpretar» lo que Rubalcaba pensaría de la situación actual y renuncia expresamente a plasmar las conversaciones privadas que mantuvo con él.
El expresidente del Gobierno Felipe González ha vuelto a reiterar que él no alcanzaría acuerdos con EH Bildu, aunque respetando su legitimidad por haber obtenido representación en el Congreso de los Diputados.
González ha reflexionado en torno a la presencia de Bildu en el debate político. Destacando que «tenemos una Constitución no militante, que no excluye a nadie que se presenta aunque sus ideas sean francamente inconstitucionales». Y que, por tanto, «quien saca votos tiene una indiscutible legitimidad del voto que saca».
Aunque a este respecto sí que ha advertido de que hay que diferenciar entre esa legitimidad y la vocación de alcanzar acuerdos con ellos. «¿Usted está dispuesto a pactar que pretende llevar el Estado nación a su desaparición? Si la pregunta me la hacen a mí, digo no, yo no. Pero eso no deslegitima su representación».
El motivo es que, al no compartir los objetivos políticos de una organización que pretende liquidar el Estado nación, «no hay ningún pacto que hacer». Unas reflexiones que han avalado Eduardo Madina y Elena Valenciano, que junto con González han participado esta mañana en la presentación del libro sobre Alfredo Pérez Rubalcaba («Un político de verdad») escrito por el periodista Antonio Caño.
Al acto han asistido dirigentes históricos como Javier Solana, Joaquín Almunia o el que fuera gran amigo personal de Rubalcaba, Jaime Lissavetzky. También el presidente de Aragón, Javier Lambán o el portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo. Por parte de la actual dirección socialista la presencia se ha limitado a la del secretario de Organización y ministro de Transportes, José Luis Ábalos.
Elena Valenciano, su número dos durante su mandato al frente del PSOE, ha puesto en valor que aunque Rubalcaba «gestionó muchísimas crisis», fue la dirección en el Ministerio de Interior del proceso para que ETA abandonase la violencia «de lo que estaba más orgulloso» y a lo que más se entregó: «Ahí dio su máximo de capacidad».
Valenciano ha recordado algunos discursos de Rubalcaba en las elecciones de 2011, en las que apelaba a que, aunque «les hemos vencido, ahora hay que ganarles políticamente, hay que ganarles el discurso» porque «no pueden ser ellos los que escriban la historia».
Sobre ello ha reflexionado Eduardo Madina, considerando que la sociedad vasca vive «un proceso de cambio» y que aunque el proceso de institucionalización de la herencia política de ETA «está siendo exitoso», porque no ha habido rebrotes de la violencia criminal etarra, «habrá quien piense que está siendo demasiado exitoso». Madina cree que constituye «un aviso» en ese proceso de cambio que dos tercios de los diputados del parlamento Vasco sean nacionalistas en independentistas.
Estas tres figuras políticas que acompañaron a Rubalcaba en su trayectoria han renunciado a «interpretar» lo que Rubalcaba pensaría de la situación actual, si bien queda patente que su pensamiento se retroalimenta con el suyo en prácticamente todas las cuestiones. El expresidente González, de hecho, ha renunciado expresamente a plasmar las conversaciones privadas que dice conservar de su relación con Rubalcaba en los últimos años.
González, ha pedido no reducir a Rubalcaba «a sus posiciones en los últimos años», es decir, a su mala sintonía con Pedro Sánchez, y ha puesto en valor que se trataba de un hombre «esencialmente libre» y que su compromiso «nunca fue mercenario».
También han puesto en valor su gestión durante la abdicación de Juan Carlos I. Que según González «ya era necesario» y que se hizo de forma impecable con Rubalcaba como líder de la oposición y con Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
TIENE TODA AL RAZÓN.
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