La Ciudad de Mónaco(foto J.A.Miyares)
Lo que se venía haciendo antes de la reforma laboral se ha legalizado por lo que los empresarios se frotan las manos, pero el país no lo va a poder soportar. ¿Quién va cotizar a hacienda?
Miniempleos de cinco euros la hora
Los ‘minijobs’ existen de facto en España desde mucho antes de la reforma laboral del PP
Para un 67% de los menores de 29 años los trabajos a tiempo parcial son su única opción
Monitor de tiempo libre en un colegio público. Trece horas y media por semana. Sueldo neto: 287 euros al mes. Sergio Manzano terminó la carrera de Administración de Empresas en 2009. Hasta ese momento pensó que tener un trabajo de pocas horas le permitiría acabar sus estudios sin ser una carga para su familia. Había hecho un curso de monitor y empezó con contratos en colegios públicos de Fuenlabrada (Madrid). Tres años después, lo que comenzó como un plus es su única fuente de ingresos. Si se divide el total por las horas trabajadas en un mes el resultado da 5,31 euros netos por hora. La suya es la historia de muchos jóvenes atrapados en un círculo vicioso de contratos temporales, por horas y discontinuos. Muchos viven inmersos en la rueda de la “doble B”: el becariado y los pagos en dinero B (en negro y sin cotizar).
Manzano forma parte del 67% de jóvenes de entre 25 y 29 años que, según la última Encuesta de Población Activa (cuarto trimestre de 2011), tienen un contrato a jornada parcial no como resultado de una decisión personal sino por “no haber podido encontrar trabajo de jornada completa”. El porcentaje era del 37% en el año 2007 y desde entonces ha ido aumentando de manera constante, al ritmo de casi un 10% por año. Y mientras la elección de un trabajo a tiempo parcial se hacía cada vez menos voluntaria, crecía el número de jóvenes empleados bajo este patrón. En 2011, entre los jóvenes en las franjas de edad entre 25 y 29 años y entre 30 y 34, el porcentaje de contratos con jornada a tiempo parcial era, respectivamente, del 16,1% y del 13,6%. En el año 2007 era de 11,3% y 9,9%.
El contrato de Manzano es completamente legal, pero se ha ido reduciendo en horas y remuneración debido a los recortes. “Como es un contrato discontinuo, el 31 de mayo te echan y te vuelven a contratar el 1 de octubre. Y estás tres o cuatro meses como si estuvieras en paro… Un paro que no pides, porque si ganas 300 euros ¿vas a pedirlo?”. La pregunta es retórica. “Me licencié en la Universidad Carlos III y te lo vendían como que no sé qué tanto por ciento tenía trabajo al poco de terminar la carrera. No esperaba estar tanto tiempo sin encontrar absolutamente nada. Nada más que esto”.
“Los jóvenes que tienen estos tipos de trabajos se enfrentan a una doble desprotección: salarial y en la Seguridad Social”, señala Antonio Baylos, catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Castilla-La Mancha. Si la desventaja salarial es inmediata, el efecto de la segunda es a largo plazo: “Los cálculos de la pensión se hacen por días. Y estos trabajadores nunca tienen el mismo tiempo cotizado que un empleado a tiempo completo”. Para Baylos, “en los últimos años ha habido una perversión en el uso de estos contratos que han sustituido en muchos casos a los contratos temporales de jornada completa. Para las empresas es más barato y flexible”.
Eva Gutiérrez es algo más joven que Manzano (24 años) y lleva un año buscando trabajo “de lo mío”, como dice. Mientras posa para las fotos refleja la frescura de una chica de su edad. Pero esta frescura desaparece cuando se pone a hablar de su búsqueda diaria de empleo, de la lucha por no abandonar el sueño cultivado desde el instituto, cuando una profesora le abrió el mundo del trabajo social, involucrándola —a ella y a sus compañeros— en un proyecto de cooperación internacional. Desde entonces ha tenido muy clara la idea de lo que quería hacer en el futuro. Sin embargo, abrirse camino en el área del trabajo social le está costando más de lo que pensaba. Gutiérrez trabaja en una tienda de un centro comercial de las afueras de Madrid. Gana apenas 500 euros por un empleo de 18 horas. “Si la empresa me necesita, hago más horas. Las de días normales me las pagan igual. Los festivos un poco más”. Por una hora normal cobra unos 5,60 euros netos. Y los cambios de turno a menudo son comunicados el día antes.
El contrato de Gutiérrez es de tres meses, renovado por otros tres. “Se aprovechan de gente que trabaja duro y bien... Los contratan seis meses, los echan, esperan seis meses y los vuelven a contratar, porque es gente que ya conoce la tienda y el producto”. Empleados de quita y pon que están dispuestos a aceptar prácticamente cualquier tipo de condiciones con tal de conseguir algunos ingresos.
1 comentario:
muchas gracias por tus palabras,la verdad es que ayudan a aclarar terminos y conceptos, enhorabuena!
En España puede ayudarnos entre los desempleados si, la verdad es que hay webs que te ayudan bastante a estos miniempleos, como por ejemplo Minijobs . No creo que sea la respuesta a la gran crisis laboral actual pero ayudaría a muchos particulares.
#Suerte
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