Los camioneros atrapados en Reino Unido temen no llegar a sus casas ni para Nochevieja
La frontera con Francia está abierta pero la gran cantidad de transportistas, que pasaron la Navidad en sus vehículos, está retrasando el regreso.
El Covid-19 marcó el 2020 y estaba claro que las Navidades no se iban a escapar de los estragos producidos por el nuevo coronavirus. Pero, probablemente, lo que casi nadie esperaba era la aparición de una nueva cepa (en Reino Unido, y a la que se suma una de Sudáfrica) que iba a terminar de arruinarle las fiestas a unos cuantos miles de españoles.Se trata de los camioneros, que ni siquiera pudieron sentarse ayer a la mesa con sus familias.
Unos 6.000 transportistas de distintas nacionalidades, según cifras de las autoridades británicas facilitadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores español, se quedaron atrapados tras la decisión de Francia de cerrar su frontera con Inglaterra por culpa de la nueva variante del virus. Solo hay dos salidas, el Eurotúnel o por ferry, pero para poder regresar es necesario que los camioneros cuenten con una prueba que confirme que son Covid negativos. El paso a través del túnel de la Mancha se realiza progresiva pero lentamente por el número de conductores afectados.
Para paliar esta situación, Exteriores envió un cónsul que «está haciendo de traductor, además de informar a los conductores acerca de dónde se pueden hacer los test», informarorn ayer a ABC fuentes del ministerio de Arancha González Laya. Este cónsul se está encargando de buscar los vehículos con matrícula española para socorrerlos. Las mismas fuentes admiten a ABC que no se sabe cuál es la cifra exacta de españoles atrapados. «Es un número muy difícil de calcular, muchos no contactan con nosotros, van directamente a los medios», apuntan.
«Esto es tercermundista»
El problema es que ya no solo se quedaron sin la cena de Navidad, hay quien todavía se pregunta si llegará a Nochevieja. «Si vieran las caras de desolación de mis compañeros; anoche nos trajeron una caja con comida de una ONG, es de agradecer», describe, desesperado, Jesús Domingo Gómez Pascual, por la incertidumbre de no saber cuánto tiempo seguirá así. «Esto es tercermundista, algunos se están quedando sin comida y sin agua, a mí me queda una botella de agua y tengo que racionar yo para darle a otro compañero», se plantea, en un gesto generoso. «Siempre el camionero paga el pato, el perjudicado de todo, porque como estamos siempre abasteciendo de todo, nos pillan todas las situaciones», apostilla.
Este camionero murciano lleva retenido desde el domingo, cuando recibió el aviso y se quedó en un área de descanso 24 horas con este «problemón», para tener al menos cerca un pequeño supermercado y un aseo. Ahora está más cerca del túnel, pero para hacer sus necesidades solo tiene el campo. «Yo ya firmaba para estar antes de Nochevieja en casa», se conforma Gómez Pascual, que no comprende cómo les obligan a hacer las pruebas «ahora, en estas fechas de Navidad».
Tortilla de papatas para Nochebuena
La vida de Cristian Hanganu, conductor de 45 años y trabajador desde hace cinco de la empresa Campo de Criptana (Ciudad Real), se ha quedado detenida desde el pasado viernes, cuando a escasa media hora de llegar al túnel del Canal de la Mancha no pudo embarcar para volver. Y allí permanece -como cuenta en conversación telefónica con ABC-. Ha pasado la noche de Navidad cocinando para sus compañeros Florín y Cornel (ambos rumanos como él) un magro de cerdo con tomate, que han degustado con una botella de agua. «Ellos me dicen que les ha tocado la lotería conmigo y, ya puesto en faena, les he preparado hoy unos crepes con mermelada y yogures». Para festejar la Navidad hizo una tortilla de patatas. «Nos tenemos que animar entre nosotros mismos». Cristian, que vive en Villamayor de Santiago (Cuenca) con su esposa Nastassia y sus dos hijas Ana María (8 años) y María Magdalena (16 años), dijo que lo mejor de la Nochebuena fue la llamada de Whatsapp a su familia.
«Me siento impotente porque mi mujer me decía que no quería comer y la pequeña no dejó de llorar», se lamenta este camionero, que confiesa que los tres grados de temperatura, la niebla y la lluvia están haciendo mella en su salud. De momento, él y sus dos compañeros ya se han hecho por su cuenta una PCR. Esteban López se cuenta entre los afortunados: «Acabo de hacerme el test y me voy para abajo», comentaba en esta Nochebuena triste que nunca olvidará. En su hogar de Lanjarón (Granada), su mujer y su hija de 10 años le esperan para pasar juntos estas fechas, aunque tampoco llegó a compartir la comida del 25, día de Navidad. «Estoy en París... intentando dormir algo», dijo tras pasar la noche al volante y hacer su primera escala donde tenía que entregar el lunes su mercancía de retorno, artículos para Amazon.
«La mayoría no ha salido»
«La gran mayoría aún no han salido», explicó, tras esta experiencia especialmente solitaria, ya que no ha coincidido en Dover con ningún conocido. Sebastián Pérez, conductor del Grupo Belzunces de Huércal-Overa (Almería) se pregunta si llegará para la noche del 31. Ayer por la mañana comunicó que estaba pasando a territorio francés tras haber superado con éxito el test. En la Nochebuena pidió ayuda al Gobierno de España para él y sus compañeros para que se desbloqueara el asedio al que les han sometido. La organización para realizar las pruebas es un caos, denuncian los profesionales del volante.
El Ejército británico está realizando los controles y solo hay dos filas, una para los ferryes y otra para el Eurotúnel. «Los chóferes no saben adónde va cada cola y se van cambiando sin saber por dónde podrán cruzar y luego les hacen volver kilómetros», explicó. Son muchos los camioneros de empresas almerienses que pasaron la Nochebuena solos y cenaron lo que les quedaba para un viaje de ocho o diez días, que se prolongó más de la cuenta.
«Pedimos ayuda para salir de aquí y llegar a nuestras casas cuanto antes», rogaba ayer Sebastián. En suelo extranjero, entre compañeros se apoyaron para que el ánimo no decaiga. Este camionero contactó con su familia por vídeollamada. Su madre y su hermana le dieron ánimos, pero él sabía que saldría de esta situación y que pronto estará con sus seres queridos para recuperar los momentos perdidos.
ESA SOCIEDAD SE HA DESMADRADO Y EL INDIVIDUO NO CUENTA SÓLO EL REBAÑO.
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