“Me han ofrecido un contrato de dos años en el Meliá Dubái con un salario de 2.000 dirhams al mes (400 euros) por trabajar seis días a la semana con jornadas de nueve horas. Dietas incluidas en el hotel, visado, vuelo de ida y vuelta y alojamiento en Satwa, que, por lo que he visto en Internet, tiene mala pinta. El puesto es de recepcionista, que es lo que hacía en España. Y, claro, comparando salarios lo que me ofrecen es deprimente. Viviría en una especie de villa con otros diez empleados, me tendría que pagar móvil, internet y el transporte que utilice para ir al hotel. No sé cómo lo ves, pero yo lo veo muy negro”.
La imagen de Dubái como un oasis laboral se desmorona. Al menos para muchos españoles sin trabajo que habían depositado sus esperanzas en los Emiratos Árabes Unidos, sus sueños de encontrar una vía de escape a las desorbitadas cifras de desempleo que padece España. El mensaje que P.A.M., una mujer en paro, dejó en un foro de Internet frecuentado por expatriados en el Golfo Pérsico describe la nueva realidad que se encuentran los españoles que intentan conseguir un trabajo.
Los salarios de 3.000, 4.000 o 5.000 euros mensuales (se podría seguir subiendo) han pasado a la historia. Ahora, si consigues un sueldo entre 1.500 o 2.000 euros puedes considerarte una persona muy afortunada. Y eso siempre que el aspirante al puesto tenga una carrera técnica, como arquitecto, aparejador o ingeniero, y busque el trabajo desde España. Porque en el caso de que se desplace hasta Emiratos para intentar abrirse camino sobre el terreno se arriesga a encontrarse con emolumentos mucho más bajos.
Si el puesto a cubrir es de recepcionista, camarera o dependienta, la cantidad desciende hasta alrededor de 600 euros al mes, ni más ni menos que la paga que recibe la población inmigrante que ha recalado en los últimos años en Emiratos para desempeñar esos trabajos, integrada principalmente por filipinos, indios o pakistaníes.
Ser ciudadano español no supone hoy ningún plus. Al contrario, puede considerarse un factor negativo después de las últimas oleadas de compatriotas que, con una maleta, un billete de avión y una reserva de hotel para una semana, se han desplazado hasta la Península Arábiga en busca del empleo que desde hace años no encuentran en su tierra. Los españoles, que en Emiratos ascienden a unos 12.000 (aunque sólo figuran 4.000 inscritos en la Embajada), se han sumado definitivamente a la bolsa de mano de obra barata que conforma la base del mercado laboral emiratí.
Un lago artificial en el Dubai Mall, frente al edificio Burj Khalifa (Reuters).
Las espectaculares viviendas en Palm Jumeirah, los Lamborghinis (usados como coches patrulla por la Policía de Dubái) y las lujosas tiendas del Dubái Mall, el centro comercial más grande del mundo, situado a los pies del mítico Burj Khalifa (el edificio más alto construido por el ser humano) quedan para una élite tocada por la barita de los ‘petrodirhams’. El resto, es decir, la inmensa mayoría de los españoles que llega a Emiratos, se puede dar por satisfecho si logra un trabajo que le permita sobrevivir.
Jóvenes españoles en una epopeya de ida y vuelta
Cristina (nombre ficticio) es una joven sevillana con estudios de Pedagogía y que trabajó como dependienta en Madrid en una tienda de marca del barrio de Salamanca. Su testimonio da fe de qué está ocurriendo en Dubái. Intentó encontrar un trabajo similar al que tenía en España y lo que le ofrecieron en uno de los establecimientos del Dubái Mall fue un sueldo de 600 euros (3.000 dirhams), cuando con su anterior empleo en Madrid ganaba 900.
A la hora de describir la vida en Emiratos, no titubea: “Con 600 euros es imposible vivir en Dubái. Aunque la comida, el transporte y el combustible son más baratos que en España, la vivienda está por las nubes. Un piso de una habitación no lo encuentras por menos de 1.000 euros al mes, y si aspiras a una zona un poco mejor se puede ir a los 1.500”. Presa del desánimo, concluye su relato con una pregunta, “¿qué hago yo aquí con 600 euros?”. Respuesta: regresar a España.
Hay otros muchos casos de jóvenes que no ven cumplidas sus expectativas laborales en Emiratos, sobre todo aquellos que intentan ganarse la vida en el sector turístico, uno de los más demandados por los inmigrantes que llegan de España. Es el caso de Mercedes (nombre ficticio), una mujer de Madrid que decidió dejar el negocio familiar para aprovechar las “grandes oportunidades” que ofrece Dubái. Después de un mes en el Golfo Pérsico, se muestra absolutamente decepcionada: “He intentado buscar por grandes empresas y hoteles, pero no he encontrado nada; ya no puedo soportar más estas circunstancias, entre otras razones porque mis padres me pagan la vivienda”.
La estadounidense Michelle Wie juega el torneo de golf Dubai Ladies Masters en Dubái, Emiratos (Reuters). Pronuncia estas palabras durante un viaje a la frontera de Omán, concretamente a la ciudad de Hatta, donde se desplaza para renovar el visado turístico, con vigencia sólo para 30 días desde el momento en que se pisa Emiratos. Es el ‘modus operandi’ que utilizan miles de personas para mantener su presencia legal en el territorio. La fórmula es simple: entran en Omán y acto seguido regresan a Emiratos. La operación, consentida por los gobiernos de ambos países, sólo requiere de unos minutos y cuesta unos 10 euros, aunque esto depende del paso fronterizo elegido.
Al caso anterior se une el de Lucía, otra joven con familiares ya radicados en Emiratos, que también intentaba incorporarse al sector de la hostelería. Ha terminado tirando la toalla porque la mejor oferta laboral que recibió fue para trabajar en un hotel con un salario de 1.800 dirhams… unos 350 euros.
“Con el ladrillo puedes vivir estupendamente con una buena operación al mes”
La realidad es reconocida incluso por empresarios españoles radicados en la zona. “Me llegan muchos jóvenes de España en busca de trabajo animados por los programas de televisión que muestran a Dubái como un paraíso del lujo y del dinero, pero yo lo único que les puedo ofrecer, siempre que se den las circunstancias, es el mismo sueldo que a un filipino, no más”, asegura el gerente de un bar del centro de Dubái.
Más optimista se muestra Miguel Silva, presidente del Spanish Business Council (SBC) de los Emiratos Árabes Unidos, organización sin ánimo de lucro que aglutina a un centenar de empresas españolas con presencia en el país. Aunque reconoce que numerosos paisanos llegados a Dubái se tienen que volver con las manos vacías, Silva asegura que en Emiratos hay buenas opciones para hallar un empleo. “Aquí hay mucho trabajo para quien quiera trabajar”, afirma, “pero no en marketing, que es el sector en el que buscan un hueco mayoritariamente los españoles que se desplazan hasta los Emiratos”.
A sus manos llegó una oferta laboral de una inmobiliaria en Emiratos. Le ofrecieron un fijo de 400 euros más comisiones. La jornada laboral era de nueve horas, seis días a la semana. Teléfono, coche y desplazamientos corrían de su parte. No aceptóEl máximo responsable del SBC, que también es vicepresidente ejecutivo de Blusens Global Corporation, sostiene que se debe apostar por sectores muy activos como el hotelero (“todos los días se abren hoteles”) y el inmobiliario, donde asegura que es posible ganar un dinero respetable gracias al momento de expansión que experimenta. “Puedes vivir estupendamente realizando una buena operación al mes”. Aporta un dato: el crecimiento es superior al 5% anual desde hace tiempo. Sin embargo, las alarmas por un nuevo estallido de la burbuja inmobiliaria, tal como ocurrió en Emiratos en el año 2008, han vuelto han encenderse. Y preocupan.
El contrapeso de lo que es trabajar en el ladrillo lo brinda M.P.C., una española de 24 años que permanece en Dubái con un visado de turista. A sus manos llegó una oferta laboral de una ‘real state’, nombre que reciben las inmobiliarias en Emiratos. Le ofrecieron un fijo de 2.000 dirhams mensuales (400 euros) más comisiones. La jornada laboral era de 9 horas, seis días a la semana. Teléfono, coche y desplazamientos corrían de su parte. No aceptó.
“No es fácil. Cada vez se requiere mayor especialización”
Rafael López-Diéguez, director de Expansión Internacional y Asociado al Departamento Mercantil del Grupo RLD, único despacho hispanohablante en Emiratos Árabes, mantiene que “en Dubái, como polo de atracción continuo de españoles en los últimos años, encontrar un trabajo no es fácil”. Considera que “es innegable que Emiratos sigue buscando profesionales, pero cada vez la exigencia es mayor y se requiere una mayor especialización”.
Su análisis es que lograr un empleo “requiere tiempo, esfuerzo y conocimientos, como ocurre en cualquier otro país desarrollado y en pleno crecimiento”. Y concreta, “Dubái necesita profesionales tanto cualificados como no cualificados, pero la abundancia, y cada vez más el exceso de ellos, hace, como es lógico, que los sueldos no sean lo que fueron hace 3 o 4 años, o como nos hacen ver los medios de comunicación”.
“La ‘marca España’ cotiza a la baja”
El precio del petróleo afecta a las bolsas mundialesDe la misma opinión es el economista Jaime Pérez Guerrero, que ha analizado la situación del mercado laboral en Emiratos, y para quien, como punto de partida en la búsqueda de trabajo, es fundamental la cualificación. Además, subraya que “es importante acertar con la primera oferta laboral, lo que no impide, una vez obtenido permiso de trabajo y residencia, cambiar de empleo hacia ofertas mejores”. “Siempre se ha hablado de la simpatía que despierta el trabajador español, pero en el mercado laboral la marca España cotiza a la baja: la creciente oferta de españoles en los últimos años ha provocado que su precio se devalúe, pura ley de la oferta y la demanda”, concluye.
Actualmente uno de los sectores que ofrece mayores posibilidades de trabajo es el de las líneas aéreas. Emirates y Etihad lanzan periódicamente campañas de ofertas de empleo, incluso en el propio territorio español. De hecho, la compañía Emirates Airlines ha anunciado hace tan sólo unos días unas Jornadas de Puertas Abiertas en España para tripulantes de cabina. Tendrán lugar el 5 de octubre en Sevilla, el 10 y 11 de octubre en Oviedo y, por último, el día 18 en Bilbao. Quieren incorporar a 3.800 este año. Emirates cuenta con 87 pilotos y 368 tripulantes de cabina españoles, y cada año recluta a más a través de varios programas de selección en ciudades de España.
Sin embargo, el sector que se encuentra en la cumbre es el de la sanidad: pone encima de la mesa salarios superiores a los 3.000 o 4.000 euros. Hasta el punto de que los médicos especialistas pueden encontrar excelentes oportunidades muy bien remuneradas. Quienes se hagan con uno de estos contratos pueden considerarse unos privilegiados. Igual que en España.
COMENTARIO:
Es que aun nos pensamos que los árabes acaban de aparcar el camello y que son tontos.... Pagan lo que hay que pagar, independientemente de la nacionalidad. Ah, y otra cosa, por lo que describe dice que ahorra 400 € al mes, por que todo lo demás está pagado.... Dígame en qué trabajo en España, a parte del de político trincón, se ahorran 400€ mensuales en este país...
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