Sin gluten, por favor
Las dificultades de los celíacos para lograr alimentos adecuados a su dolencia.
Sin gluten». Hasta hace poco no le daba importancia a estas dos palabras. Más por ignorancia que por falta de interés. A menudo compro en un supermercado donde hay bastantes productos con esta advertencia en su envase. Yo los cogía como cojo cualquier otra cosa y, de hecho, no he notado ninguna diferencia de sabor.
Pero para mucha gente sí hay una gran diferencia: los celíacos. Lo he sabido de primera mano, ya que tenemos unas amigas que, tanto la madre como las dos hijas, son celíacas. A medida que hemos ido haciendo actividades estos días, tan sencillas en apariencia como ir a comer fuera con ellos, me he dado cuenta de que el asunto no es trivial.
Los celíacos tienen intolerancia al gluten, en mayor o menor medida. En algunos casos puede ser tan acentuada, que desde muy pequeños pueden presentar problemas en el habla, en el andar o en el desarrollo normal de un niño.
El padre de una de estas niñas nos explicaba cenando cómo la pequeña, de repente, dejó de hablar, de caminar, de estar alegre. Tras el susto inicial, el médico los tranquilizó explicándoles de qué se trataba. La pequeña tenía intolerancia al gluten en el grado más elevado que existe. Tan pronto cambió la dieta, se recuperó de todo, como si se tratara de un milagro.
También los informó de que esto era genético y hereditario. Así que uno de los dos padres, o ambos, también lo eran y la otra hija también podía ser. A veces hay gente que lleva la enfermedad y no la desarrolla, pero la puede transmitir a los hijos.
Después de realizarse todas las pruebas, supieron que tanto la madre como la otra hija lo eran en un grado menos elevado. La madre había vivido muchos años con la enfermedad, teniendo problemas con la digestión, pero sin imaginar que era debido al gluten.
Mi cuñada, que es médica, me comentó que cada vez hay más casos y que, probablemente, haya mucha gente que es celíaca y no lo sabe.
El tema tiene más implicaciones de las que podemos pensar.
Muchos de los alimentos básicos que consumimos a menudo como el pan, la pasta o la mayoría de alimentos preparados, llevan gluten. Así que las familias deben comenzar a buscar tiendas especializadas donde una barra de pan o unas galletas están a precio de oro. Y no hablemos si quieren ir a comer fuera! Deben asegurarse de que no se ha puesto harina a ningún alimento, a ninguna salsa y de que si quieren unas patatas fritas, las deben hacer con aceite nuevo, totalmente limpio, donde no se haya freído nada antes. Por suerte, cada vez hay más restaurantes sensibilizados con esta enfermedad pero, lamentablemente, todavía quedan muchos que no lo están. También es una buena noticia el hecho de que una gran cadena de supermercados tenga cada vez más productos sin gluten.
Poco a poco se va tomando conciencia del problema, y las dificultades de las familias que lo sufren se reduciendo. Pero todavía queda mucho camino por recorrer.
Lo que más me impresiona es la actitud de los niños cuando tienen amigos que padecen esta afección. Desde muy pequeños tienen muy claro lo que sus amigos pueden comer y lo que no. No se les ocurrirá compartir con ellos unas patatas fritas o un helado sin antes comprobar que el envase aparezca el «Sin gluten».
Aprendamos un poco de los niños, tomando conciencia de que hay mucha gente afectada por este problema y que, entre todos, debemos poner las cosas más fáciles, para conseguir que ser celíaco no les condicione tanto la vida.
COMENTARIO: Es una enfermedad que la puedes padecer durante años con molestias en todo el cuerpo y que los médicos no le prestan la verdadera atención que requiere. Yo la padezco desde años y todos los especialistas me decían que los dolores y cólicos que sufría eran de la columna vertebral de la cual también padezco, me estaban esperando en tramitología para operarme y ponerme unas plaquetas con tornillos pero como la operación era complicada seguí acudiendo a otros especialistas hasta que dieron con el origen de mis verdaderos dolores, era celiaco, me tomaba 5 pastillas diarias durante años para para paliar el sufrimiento de espalda y partir de ahí, suprimiendo el gluten de los alimentos no tomo nada, pero ya era un celiaco crónico que junto con los dolores de huesos sufrí mucho durante años.
Es una enfermedad por la que tienes que ir dando explicaciones a la hora de acudir a un restaurante, llevarte tu pan especial y la hora del tomar un pincho debes de comentar lo que tienes ..Además es crónica y estas incapacitado para toda la vida. Padecerla es una frustración y se siente uno muy incomodo, incomprendido para el resto de la gente que no la conoce .Los alimentos son carísimos ,un Kilo de fideos sin gluten cuestan 12 euros, cuando los normales cuestan 2 y un pequeño bollito de pan 1,80, galletas ,chorizo, mahonesas etc. etc..
Una terrible incomodidad, no puedes tomar cerveza ni derivados de la cebada, ni trigo. Los síntomas son variados, dolores musculares, cólicos abdominales, dolores de cabeza, debilidad corporal, malestar general, depresión, mal humor, es una perdida tremenda de calidad de vida. Se diagnostica con un biopsia del intestino a través de una gastroscopia y unos análisis de sangre. Sirva este comentario como solidaridad con todos los celiacos y sus familiares.
Fdo.-José Ángel Miyares Valle
No hay comentarios:
Publicar un comentario