EE.UU. prepara suministros de gas alternativos para Europa si Putin cierra el grifo
Negocia con firmas de África, Asia y norteamericanas para proveer a Europa
«Rusia tiene una larga historia de utilización de medidas diferentes a las acciones militares para llevar a cabo agresiones», dijo la semana pasada el presidente de EE.UU. Joe Biden. Una de las principales bazas en ese sentido es afectar el suministro de gas natural a Europa, que discurre a través de Ucrania. La posibilidad de que el presidente ruso, Vladimir Putin, cierre o reduzca todavía más el grifo de gas -ya ha caído a la mitad respecto su volumen normal- es una de las grandes preocupaciones en los países europeos, en medio de un invierno con precios energéticos disparados. Cerca de un tercio del gas que se consume en la región proviene de Rusia y si Putin, en medio de la tensión en la frontera con Ucrania, toma la medida, el invierno y la primavera podrían ser muy largos en Europa.
Las consecuencias de una caída del suministro de gas ruso es uno de los factores que provocan división sobre la respuesta a Rusia por parte de los países europeos y sobre el establecimiento de un régimen de sanciones fuerte y coordinado con EE.UU. frente a Moscú. Quizá es esa la razón por la que la Administración Biden ha trabajado en las últimas semanas para encontrar vías alternativas al gas ruso y tranquilizar en ese respecto a sus socios europeos. «Para asegurar que Europa es capaz de resistir este invierno y primavera, esperamos estar preparados para asegurar suministros alternativos que cubran la mayoría de la posible reducción», aseguró ayer un alto cargo del Gobierno estadounidense en una sesión informativa con los medios de comunicación.
«Estamos trabajando con países y compañías de todo el mundo para asegurar el suministro y mitigar los impactos sobre los precios que afectan tanto a EE.UU. como al resto del mundo», añadió el alto cargo, que reconoció que si los gasoductos ucranianos dejan de transportar gas -ya sea por orden de Putin o como consecuencia de un posible conflicto armado- los países europeos serían los principales afectados.
Según la Administración Biden, EE.UU. y sus socios europeos están coordinando una respuesta a esta situación, que incluye la «identificación de volúmenes de gas no rusos de diferentes áreas del mundo, desde África del Norte y Oriente Medio a Asia y EE.UU.» «Estamos en negociaciones con grandes productores de gas natural en todo el mundo para entender su capacidad y su disposición para aumentar de forma temporal la producción de gas y dedicar esos volúmenes a compradores europeos», dijo el alto cargo, que añadió que esos esfuerzos también tienen que ver con suministradores de gas licuado para que sean flexibles con sus actuales contratos y almacenaje para responder a una posible necesidad en Europa.
Arma de guerra
En las últimas semanas, ha habido conversaciones con Qatar al respecto, pero, según la Administración Biden, se extienden a países y productores de todo el mundo.
Para EE.UU., si Putin decide convertir el gas ruso en arma de guerra, eso tendrá consecuencias para la economía de su país. «Rusia necesita los ingresos del gas y del petróleo tanto como Europa necesita su suministro», defendió el alto cargo. Además de ese impacto, EE.UU. y sus socios europeos avanzan en la preparación de sanciones económicas severas si Putin decide ir adelante con la invasión. «La convergencia sobre sanciones con los europeos es muy importante», aseguró el alto cargo, aunque ha habido posturas diferentes en los últimos días.
Washington apuesta por una batería de medidas en varios frentes: controles globales en la exportación de chips y semiconductores a Rusia para ahogar su capacidad tecnológica; expulsar a Rusia del sistema de transacciones financieras Swift; amplias sanciones a entidades financieras, grandes compañías, miembros del Gobierno y de las Fuerzas Armadas; o cancelar la entrada en funcionamiento del gasoducto Nord Stream 2, que conecta Rusia con Alemania, y que evita el paso por Ucrania.
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