Ximo Puig irrita al Gobierno y al PSOE por torpedear su estrategia contra Ayuso por las vacunas
Las reuniones bilaterales de la Generalitat Valenciana con farmacéuticas provocan recelos en autonomías socialistas.
Las reuniones del presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, con representantes de las farmacéuticas AstraZeneca y Janssen y sus declaraciones a favor de que la vacuna Sputnik V se incorpore al catálogo de dosis contra el coronavirus que se inoculan en España han generado malestar tanto en el Gobierno como en las filas del PSOE y en autonomías dirigidas por los socialistas.
La actitud del dirigente valenciano torpedea la estrategia del Ejecutivo y de Ferraz contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, partidaria de la compra unilateral de vacunas como la de origen ruso, conforme desveló ABC este martes.
En el seno del Gobierno se interpreta que los contactos de Ximo Puig con las farmacéuticas ofrecen una imagen «desleal» respecto a la planificación del Ministerio de Sanidad para la adquisición de vacunas, que pasa por una compra unificada gestionada por la Unión Europea. Una posición defendida en público por el presidente valenciano, que ante las críticas recibidas por su reunión con directivos de Janssen de este martes argumenta que se trató de un encuentro de carácter «informativo» y que en ningún caso la Generalitat Valenciana está negociando la adquisición de vacunas.
La cita, difundida con luces y taquígrafos por los canales oficiales de la Generalitat Valenciana, se solapó con la información destapada por ABC respecto a los contactos del Gobierno de la Comunidad de Madrid con los intermediarios de la Sputnik V para estudiar una posible compra de dosis, siempre y cuando se contara con el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
La reunión de Janssen, que la compañía encuadra en una visita de cortesía para la presentación de sus nuevos directivos en España, ha arruinado la estrategia del Gobierno y del PSOE contra Díaz Ayuso en plena precampaña de las elecciones autonómicas madrileñas y ha dado munición política al Partido Popular.
Además, ha generado también críticas internas de gobiernos autonómicos dirigidos por los socialistas como el de Navarra, cuya presidenta, María Chivite, ha explicado este miércoles que no se mantienen contactos bilaterales con fabricantes de vacunas ante el Covid-19.
La también secretaria general del PSN ha reclamado este miércoles «lealtad» y ha recalcado que, al contrario que la Comunidad Valenciana, «Navarra no tiene contacto directo con las farmacéuticas».
Defensa de la vacuna rusa
Además, para el Gobierno llueve sobre mojado, toda vez que el pasado mes de marzo Ximo Puig abrió el debate sobre la necesidad de obviar factores «geopolíticos» para sumar la vacuna rusa al plan de suministro de dosis contra el coronavirus en España. Una petición que la Generalitat Valenciana trasladó oficialmente al Ministerio de Sanidad en el Consejo Interterritorial de Salud celebrado el pasado 22 de marzo.
La foto de este martes y el comunicado «anunciando» la llegada de «dos millones de vacunas de Janssen para la Comunidad Valenciana» se produjo, además, la víspera de la visita de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, a la capital del Turia, para ofrecer datos sobre los planes de vacunación del Gobierno (en la agenda oficial no consta que se reuniera con Ximo Puig) y coincidió con la comparecencia del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en la que detalló los cálculos respecto a las dosis que se inocularán en España hasta el próximo verano.
Consciente de las críticas internas y externas que ha generado su actitud, el presidente de la Generalitat se ha afanado este miércoles en marcar distancias respecto a la estrategia de Díaz Ayuso (ha llegado a sostener que «todas las comparaciones resultan odiosas y ésta más» y ha explicado que «es lógico que los responsables de ejecutar el plan de vacunación tengamos la máxima información».
CADA UN VA A LO SUYO O LO QUE MEJOR LE VIENE.
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