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domingo, 3 de noviembre de 2013

EL FUTURO DE ESPAÑA.10 CLAVES

El polítólogo y tertuliano televisivo Pablo Iglesias Turrión. (David Fernández, Diagonal)
 
El politólogo y tertuliano televisivo Pablo Iglesias Turrión
El presente y futuro de España en diez claves, según un tertuliano de izquierdas.
Pablo Iglesias, la cara más mediática de la izquierda, es uno de los pocos tertulianos, por no decir el único, que sólo ha necesitado una aparición televisiva para que los programadores de todos los canales se peleen por sentarlo en sus debates. Sólo han pasado seis meses desde que pisó por primera vez el plató de una televisión nacional, para participar en un debate del programa de Intereconomía ‘El Gato al Agua’, pero lo suficiente como para convertirse a día de hoy en un colaborador habitual de las tertulias políticas de La Sexta (‘laSexta Noche’), Cuatro (‘Las Mañanas de Cuatro’), 24 Horas de TVE (‘24h Noche’), 13 TV (‘El Cascabel al Gato’) e Intereconomía (‘El Gato al Agua’).
Politólogo, abogado y, sobre todo, activista político situado ideológicamente a la izquierda de la izquierda (institucional), el hábitat natural de los movimientos sociales con voluntad transformadora, ejerce como profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense, ha toqueteado con la asesoría política (IU y AGE, la tercera fuerza parlamentaria en Galicia) y presenta el programa de televisión ‘La Tuerka’ (que a pesar de emitirse en un canal local de Madrid es la tercera tertulia política con más seguidores en redes sociales y una de las que más reproducciones suma en Youtube). Por si fuese poco, en sus ratos libres escribe libros. Este año lleva un par y ha coordinado un tercero: Cuando las películas votan. Lecciones de ciencias sociales a través del cine (Catarata). El último de ellos: Maquiavelo frente a la gran pantalla. Cine y política (Akal).
¿Entretenimiento intelectual? No en los tiempos que corren. Este último ensayo, explica Iglesias a El Confidencial, “arranca desde una noción del cine como ese espacio donde se produce la ideología hegemónica; en términos gramscianos, se trata de un instrumento para construir la cultura dominante”. A día de hoy, ese supuesto papel del cine “para interpretar la historia”, lo ejercería la televisión que, además, “configura la realidad presente”. Por tanto, un “instrumento” al que, lógicamente, no le hace ascos este combativo politólogo, por muchas críticas que siga recibiendo, tanto de los suyos como de sus detractores. ¿Qué lo lleva a participar tan asiduamente en las tertulias políticas y qué papel juegan en la configuración de la opinión pública?
La televisión, la opinión pública y las tertulias políticas
1. “La clave de las tertulias es que son los espacios de combate político más poderosos. Es más importante lo que se discute en las tertulias que lo que se discute en el Parlamento. La mayoría de la gente forma sus opiniones a partir de lo que escucha en la televisión. Hay intelectuales de izquierda que adoptan posturas más puristas, fuera de los marcos establecidos, y defienden que uno no debe rebajarse a participar en espacios televisivos que, por otra parte, tienen mucho de circo. Para mí es importante imponer un estilo y unas formas, como hacemos en ‘La Tuerka’: no interrumpir, no perder las formas, etc. Por otra parte, no tengo ningún problema en defender mis ideas delante de cualquiera, aunque sea un cinco contra uno, fuera de casa y en un formato poco favorable. Hay que arriesgar, aunque no marques las reglas del juego. La alternativa es no estar y, para mí, debemos seguir haciendo política”.
En realidad, el circo necesita payasos, que se traduce en bofetadas verbales, polémicas y opiniones antagónicas que llevan al griterío. El estilo de los debates del corazón se impone en las tertulias políticas. ¿Cree que lo están utilizando para dar juego y hacer subir la audiencia o para recuperar cierto prestigio perdido por la falta de pluralidad y de visiones más cercanas a los movimientos sociales?
No tengo ningún problema en defender mis ideas delante de cualquiera, aunque sea un cinco contra uno2. “Soy perfectamente consciente. Sé que si no les doy audiencia no me van a llamar porque al fin y al cabo todos tienen que rendir cuentas ante la productora o la cadena, que piden resultados. No me llaman por afán de pluralidad, sino por audiencia. Que suba el share se puede deber a muchas cosas, quizá por la novedad, por la manera de discutir, por la edad, ya que en las tertulias sólo hay gente muy mayor… Además, en momentos de crisis social e indignación generalizada la gente ve más programas políticos, tiene más rabia y le gusta ver esa rabia convertida en discurso. De hecho, la gente me para mucho por la calle y me dicen ‘sigue dando caña’.
La audiencia no parece explicarlo todo. Existen muchas otras voces nuevas, de analistas políticos, económicos y sociales, todos ellos muy críticos, incluso representantes de movimientos sociales, como es el caso de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que antes no salían en los medios y ahora se les llama habitualmente para completar las informaciones relacionadas con sus distintos campos. ¿Por qué las opiniones que antes eran silenciadas están teniendo ahora un considerable eco mediático?
3. “Esto se está produciendo por una interacción compleja de diferentes factores. Por un lado influye el hecho de que la crisis ha politizado mucho a la sociedad. En los bares se habla de política y en las parrillas televisivas se le está dando más espacio a la política. Además, las crisis son momentos en los que cambian muchas cosas y se redefinen los formatos. Por otro lado, tiene más sentido que para hablar de economía se consulte a Juan Torres que a un periodista, o a un politólogo para opinar de política que a un periodista. Yo no tengo una visión orwelliana de los medios y, en este contexto, los profesionales de los medios también se ven influenciados por el auge de los movimientos sociales, que llaman a sus puertas”.
IU, 15M, nuevas formas políticas y próximas citas electorales
Parte de la animadversión que Iglesias levanta entre la izquierda quizá se deba a su capacidad para estar en misa y repicando. Si por un lado ha asesorado a partidos como Izquierda Unida, además de realizar con su productora spots y vídeos propagandísticos para las candidaturas electorales, por otro ha apoyado a organizaciones críticas con esta formación como Frente Cívico o iniciativas de corte más radical. IU apenas ha recogido votos de la indignación organizada en torno al 15M ¿Eres de los que cree que las reivindicaciones de los movimientos sociales se deben canalizar por la vía institucional?
4. “Creo que tocan cambios. De alguna forma, hoy hay una generación que pide empoderarse políticamente, pero es importante que la indignación se dote de instrumentos políticos. IU es una condición necesaria pero no suficiente, hace falta más generosidad y una visión de largo plazo, que permita que se entiendan con el importante proceso político que se está dando en la actualidad y con las coyunturas del momento. De hecho, mucha gente mayor que se había desencantado de la política de IU ahora vuelve a participar en este proceso”.
Un matrimonio de conveniencia, el de IU y los denominados indignados, que no marida con la horizontalidad y la ausencia de liderazgos. ¿Está de acuerdo con esta consigna del ‘no nos representan’ que impulsó el surgimiento del 15M?
Es más importante lo que se discute en las tertulias que lo que se discute en el Parlamento5. “En términos teóricos, la representación y el liderazgo no es lo ideal, pero cuando uno no puede llenar la nevera, estos debates sobre la representación pueden paralizar los cambios necesarios. La representatividad es un concepto que no está exento de contradicciones, pero es necesaria. Creo que si existe un lugar en el planeta tierra que ha demostrado que se puede hacer política de otra forma, mejorar los derechos sociales, auditar la deuda pública, controlar los mercados y sus estructuras, ese es América Latina. Seguro que implica una serie de contradicciones asumir liderazgos y mecanismos de poder, pero es necesario”.
El Partido X, una nueva formación que nace vinculada a estos nuevos movimientos y al ‘no nos representan’, defiende que sí hay otra forma de hacer política sin apenas asumir liderazgos.
6. “El Partido X es una hipótesis que quiere entrar en juego y tendrá que demostrarla, y ver si la realidad les da la razón o no. Si tienen éxito dentro de unos meses es que habrán acertado en su diagnóstico, pero si no, se quedará sólo en que realizaron unos planteamientos teóricos interesantes. En política cuenta lo que tiene fuerza”.
De lo que no hay duda, es de que ha bajado mucho la participación de la gente en las manifestaciones. ¿La protesta de la ciudadanía tiende a desvanecerse o es algo transitorio?
Ya está bien de estar siempre a la defensiva, ahora toca asumir qué nos ha llevado a esta situación y tenemos que enfrentarnos7. “Las manifestaciones tienen una sostenibilidad en el tiempo limitada, sobre todo, porque es absurdo estar en la calle de forma permanente. Aún así, siguen existiendo manifestaciones continuamente de diferentes sectores de la sociedad civil que defienden desde la sanidad pública hasta la educación, pasando por los preferentistas afectados por los bancos o las personas que tratan de evitar desahucios. Ahora toca traducir estas protestas para movilizarse a favor de un gobierno que se enfrente a los bancos y a la casta política a la que pertenecen los que ingresan más de 6.000 euros al mes. Necesitamos gente con sentido de Estado, patriotas, pero de los que reconocen derechos como el de la autodeterminación y que sepan que defender la patria es defender los servicios sociales. Ya está bien de estar siempre a la defensiva, ahora toca asumir qué nos ha llevado a esta situación y tenemos que enfrentarnos”.
La primera cita electoral a la vista es la de las europeas, en mayo del próximo año. ¿Cree que habrá sorpresas en forma de nuevas caras y partidos?
8. “Quizá marquen el momento de enseñar las cartas y realmente están provocando que mucha gente se mueva. Yo creo que hay que moverse y los partidos tradicionales van a sorprenderse. Muchos sectores de la sociedad civil vamos a enseñar los dientes de una vez por todas porque debemos traducir políticamente lo que está ocurriendo en las calles, convertir los discursos y las prácticas en desafíos electorales”.
Proceso constituyente, extremismos y Albert Rivera
Entre los intelectuales de izquierda cada vez resuena más la propuesta, que ellos ven como una necesidad, de abrir un proceso constituyente. ¿En qué consiste y quién cree que lleva las de ganar de abrirse un proceso de este tipo? ¿Los populistas, los tecnócratas, los más revolucionarios…?
El falso discurso de Albert Rivera, con su eslogan de que no soy de izquierdas ni de derechas, parecido al de UPyD, es muy populista y eso gusta a la gente9. “Un proceso constituyente es la manera de formalizar una nueva relación de fuerzas. Consiste en hacer que las distintas fuerzas que operan ya en la sociedad se expresen en un texto formal o en un nuevo complejo institucional. El mero hecho de que se abra un proceso así ya es interesante porque la búsqueda de consensos es muy positiva. Además, significaría que la gente habría entendido que la vivienda es un derecho, que debemos atar en corto a los banqueros, que se necesita una reforma fiscal o que la democracia consiste en controlar a los poderes económicos. Todo ello serían consensos que el 15M habría sabido imponer”.
¿Y no sería también el espacio idóneo para el auge de los populismos, o de otros extremismos por el momentáneo vacío de poder?
10. “Es verdad que en un proceso constituyente todo el mundo hace política y la derecha también jugará sus cartas. El falso discurso de Albert Rivera, con su eslogan de que “no soy de izquierdas ni de derechas”, parecido al de UPyD, en el que el problema no son los de arriba ni los de abajo, sino que ante todo, todos somos españoles y que debemos enviar al ejército a Cataluña, es muy populista y eso gusta a la gente. Es un discurso próximo también a experiencias como la del Tea Party en EEUU, pero lo que pasa es que tienen a su lado gente con mucho poder económico. Sin embargo, aún hay partido y debemos jugarlo. Afrontar las contradicciones del enemigo y decirle a IU que ya está bien de ocupar sólo el espacio que el PSOE deja a su izquierda. Eso se acabó, ahora hay que buscar alternativas".
 
COMENTARIO:
Demasiada teoría de izquierdas, pero poca realidad.
Lo que dice, como todos los teóricos de izquierdas, es muy bonito, muy florido para las masas. Pero la realidad es muy distinta.
Siempre he oído a los pensadores y políticos de izquierdas, los derechos de los ciudadanos, pero nunca les he oído decir, que a cada derecho, corresponde una obligación.
 

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