Las goteras, más bien los chorros de agua que entraban en las tribunas, han obligado a retrasar el pleno del Congreso dos horas, hasta las 11 de la mañana. A la hora en que debía empezar la sesión de control al Gobierno, con Mariano Rajoy y los ministros sentados en sus escaños igual que casi la totalidad de los diputados, la lluvia que caía sobre el centro de Madrid se ha empezado a filtrar por la cubierta en obras del Palacio del Congreso hasta entrar por la tribuna de prensa. Unas obras que han costado 4,5 millones de euros -sólo en la cubierta-, y otros 700.000 euros más han sido invertidos en el resto de la Cámara.
Desalojados los periodistas, los ujieres y el personal de limpieza de la Cámara empezaron a poner papeleras en el suelo y luego pasaron a los cubos de basura ante la cantidad de agua que llegaba al suelo. De la tribuna superior, el agua ha pasado a la inferior, donde se sientan los parlamentarios de Izquierda Unida, y después a las primeras filas de los socialistas.
Foto de la cuenta de Twitter de Paco G. CabanaEl presidente del Congreso, Jesús Posada, ha tenido que aplazar el inicio del pleno dos horas, aproximadamente hasta las 11:00 horas, con la explicación de que, además de que era imposible que los diputados se sentaran bajo las goteras (chorreras) convenía comprobar si el agua afectaba a los equipos de electricidad.
Como en el colegio en día de novedades muy imprevistas, los parlamentarios han seguido divertidos las incidencias y han aprovechado para adelantar conversaciones de corrillos y pasillos mientras el presidente del Gobierno y los ministros se dirigían a las salas reservadas a los miembros del Ejecutivo y los portavoces a sus despachos oficiales.
Posada ha intentado no dar importancia a la anécdota. “Estas cosas pasan con las obras”, ha dicho. Un grupo de invitados japoneses siguió atónito el desarrollo de los acontecimientos provocados por una obras que se prolongan desde hace casi un año. La reparación de las viejas cubiertas del Palacio, de chapas de plomo y con casi dos siglos de antigüedad, no han estado listas, ni tampoco los boquetes tapados a tiempo para estas primeras lluvias de final del verano madrileño.
COMENTARIO:
Qué imagen Dios mío, qué imagen... no puede ser más descriptiva y menos alentadora.... la casa de representación del pueblo haciendo aguas o llorando de ver tanto escandalo y tanta corrupción... Que tengan cuidado los señores parlamentarios por que cualquier día, en una de estas se les cae el techo en la cabeza...
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