PARA QUE APOYEN A PEDRO.
Recientemente se ha celebrado una reunión de presidentes autonómicos con el presidente nacional, convocada por este, y el presidente del Gobierno separatista catalán no acudió a esa reunión, lo que supone un desprecio y hasta un insulto a los demás presidentes autonómicos y el central. Vergonzoso. Pues bien, días después el inquilino de la Moncloa se vuelve a reunir de nuevo, pero únicamente con dicho Gobierno separatista catalán. Y como el ilustre señor Sánchez está acostumbrado a bajarse lo que todos sabemos con los catalanes para seguir en “su” Moncloa, espléndido y dadivoso, ha concedido al cuestionado Gobierno catalán un porrón de millones de euros, entre otros destinos, para ampliar el aeropuerto de Barcelona, cuya ampliación se cargará un espacio protegido.
Todo esto, llevado a cabo con alevosía y nocturnidad, debiera dar motivo a una protesta de todos los demás gobiernos autonómicos, siempre discriminados a la hora de repartir la tarta constitucional, que no tiene más que diecisiete trozos para repartir por igual. Lo que no se hizo ya desde un principio.
Para más recochineo, la ministra portavoz del Gobierno, y el presidente catalán (ella, dulzona y almibarada, explicando con entusiasmo lo que el Gobierno estatal concede al Gobierno “culé”, y el presidente de este, hablando en catalán, con un destacado inconformismo, esgrimiendo continuamente la monserga de la independencia y autogobierno, jactándose de que la república catalana llegará a ser importante en la UE. Demencial. Y seguro que el señor Sánchez, desde casa, escuchando todo aquello que barbarizaba su socio el presidente catalán sin darle importancia alguna. Porque su sordera política es crónica e intencionada.
Y nuestra querida y sufrida Asturias, olvidada por completo en sus problemas y necesidades. Seguimos sin el AVE, que con un poco de suertecilla llegará a Gijón en el año 4150. La variante de Pajares es un chascarrillo. Y la grandísima vergüenza de que nuestra salida para comunicarnos con el resto de España es pagando un costoso peaje de carretera. Esto no tiene calificativos ni precedentes, señores presidentes de España y Gobierno separatista de Cataluña. Nada, que vamos a tener que resucitar a don Pelayo, que es nuestro histórico Rambo.
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