Manuel Marina, 36 años, cofundador de Idoven: «Formar a un médico es caro y no puede estar leyendo Holters»
Inteligencia Artificial para salvar tu corazón. Manuel Marina aplica la Inteligencia Artificial para medir y procesar la actividad eléctrica de tu corazón. Idoven acerca la salud vascular a todos, rebaja su precio y libera a los médicos para otras tareas.
-Oye, Manuel, que dicen que por ser joven eres pobre, víctima e idiota.
-No es cierto para nada.
-También dicen que tus padres van a dejarte un mundo peor que el suyo.
-Tenemos menos guerras, menos violencia, menos suicidios, menos atracos. Y más salud: dos hermanos de mi padre fallecieron por enfermedades que hoy se curan.
-Avances y conocimiento.
-No tienen marcha atrás. El conocimiento avanza y la sociedad mejora.
-¿Cuándo te diste cuenta de que eras más bien raro?
-Pensaba diferente a mis compañeros. No eran opiniones diferentes, sino una manera diferente de pensar, un interés distinto por las cosas.
-Infancia.
-Era muy feliz, muy amoroso, vivía muy contento. Para mí no había límites en lo que se podía hacer. La imaginación de un niño es muy poderosa y hay que dejarla volar.
-Las ideas preconcebidas.
-No nos permiten replantearnos los procesos. Hay que tomar distancia, cambiar el enfoque. Empezar por el por qué e imaginar los detalles desde cero. Los grandes cambios los llevan a cabo personas concretas que piensan distinto.
-En la carrera de Medicina.
-Me di cuenta de que en los libros no está la verdad sino lo que se sabía hasta el momento de imprimirse. Lo que estudiamos es normalmente un «minuto y resultado» en un momento concreto. Pero la ciencia avanza cada día.
-Siempre hay sombras.
-Y en las sombras hay que poner la luz, y esto es la innovación.
-Matemáticas.
-Estudié en el Liceo Francés de Madrid. Me gustaban mucho las Matemáticas e iba para Biotecnología. Pero me dio la nota para Medicina y la tentación fue demasiado alta.
-Encaraste la carrera con un enfoque muy matemático.
-Hice un máster en Estadística que me ayudó a entender cómo se mide el avance del conocimiento.
-Tu especialidad fue la cardiología.
-Sí. Tras el MIR obtuve una beca nacional para entrar en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, dirigido por Valentín Fuster. Y una plaza por oposición de médico de los deportistas de élite españoles en el Consejo Superior de Deportes. Conocí a José María Lillo, ingeniero que empezaba una tesis doctoral sobre Inteligencia Artificial y publicamos varios artículos científicos.
-Un ingeniero y un médico.
-Un equipo multidisciplinar. Es muy importante que un ingeniero y un médico se entiendan y puedan hablar un lenguaje común. Yo aprendí programación y big data, y él aprendió cardiología. Así nació el proyecto.
-¿Cuál es la idea?
-Automatizar la lectura de cualquier electrocardiograma, Holter y grabación de la actividad eléctrica del corazón para ayudar a diagnosticar con Inteligencia Artificial. Enseñamos cardiología a un ‘software’. Mucha información procesada con alta precisión, alta velocidad y un bajísimo coste.
-Esto es Idoven.
-El 9 de junio batimos nuestro récord. Willem, nuestro ‘software’ de Inteligencia Artificial, utilizó 1.600 gigas de memoria RAM para analizar a un solo paciente, usando la supercomputación en la nube. Son cifras que tal vez no todo el mundo comprenda, pero para que te hagas una idea, un ordenador normal tiene entre 2 y 8 gigas de memoria RAM. Es un orden de magnitud increíble. Y los médicos tenemos más tiempo para las tareas complejas en las que aportamos mayor valor.
-Íñigo Juantegui.
-Se nos une para crear Idoven. Es un emprendedor. También aprendió nuestro lenguaje así como nosotros aprendimos su lenguaje del mercado.
-Manuel, perdona la pregunta de ignorante: todo esto, ¿de qué sirve?
-Hemos ayudado a diagnosticar a más de 10.000 pacientes de más de 190 regiones de Europa y Sudamérica. El ‘software’ mejora la precisión del diagnóstico y realiza mucho mejor que el hombre una función repetitiva que en Europa ocupa a los médicos durante un millón de horas al día.
-Economizar recursos.
-Formar a un médico cuesta mucho dinero y hay que emplearlo en tareas en las que de verdad aporten valor y no la lectura tediosa y repetitiva de unos datos.
-Eficiencia, reducción de costes.
-La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte del mundo. Mata a 17,7 millones de personas al año y nos cuesta unos 800 billones de euros anuales. Con la automatización, el coste y el tiempo de diagnosticar a un paciente más, tiende a cero.
-Una parada cardíaca cada 20 minutos en España.
-De cada 1.000 personas que analizamos, 15 tienen un problema grave cardíaco que ignoraban. Estas 15 personas ya no fallecerán por una enfermedad cardíaca desconocida.
-La muerte súbita.
-No me gusta llamarla así porque nos hace pensar que no podremos prevenirla y no es cierto: llevo años estudiándola, es un reto difícil que creo que empieza a resolverse midiendo los patrones cardíacos de personas que no tienen síntomas. Para innovar en la Ciencia tenemos que crear tecnologías que nos permitan medir lo que nunca hemos medido: es así como avanza el conocimiento.
-Los dispositivos son sencillos.
-Muy fáciles de usar. Los mandamos a las casas o nos integramos con los que hay en los hospitales: y no sólo para enfermos. También a personas que quieren correr una maratón, hacer deporte o quieren cuidarse.
-Perspectiva.
-La mortalidad ha bajado mucho en España en los últimos 60 años. Cuando uno resuelve problemas, vive más.
-Prevención siempre.
-El todo o nada en la biología suele ser falso. Además, el sistema sanitario actual no podría asumir que todo el mundo se hiciera un electrocardiograma o un Holter cada año. Pero si tienes antecedentes familiares, sobrepeso, colesterol, diabetes o fumas, mírate de vez en cuando el corazón.
-Los 35 años.
-Es una edad de antes y después en cardiología. El riesgo de paradas cardíacas antes de los 35 es normalmente por miocardiopatías, y a partir de los 35 son infartos que se producen por los malos hábitos.
-Hay algunos síntomas que avisan claramente.
-Las palpitaciones, los desmayos haciendo deporte, subir diez escaleras y notar una fuerte opresión en el pecho que cede cuando descansas.
PONDRÁN ROBOTS
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