Vuelven la gonorrea y la sífilis a España
Sanidad lanza una campaña de uso del preservativo 30 años después del «Póntelo, pónselo» alarmada por el repunte de infecciones sexuales.
El «póntelo, pónselo» fue una feliz ocurrencia de un grupo de publicistas que convirtió la prevención de embarazos y enfermedades de transmisión sexual en una de las campañas de salud pública de mayor impacto. Hoy, 30 años después, el mensaje se ha difuminado hasta desvanecerse.Los chicos ya no perciben el riesgo. El sida es tratable y existen píldoras «del día después» para evitar embarazos indeseados. Pero, mientras, la sífilis y la gonorrea, enfermedades casi olvidadas en España, han vuelto a primera línea. Solo en 2017 se documentaron 23.942 casos de infección gonocócica, sífilis, clamidia y linfogranuloma venéreo, casi el triple de los registrados dos años antes con 8.275 infecciones en 2015.
La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, no lo duda: las cifras obedecen a una relajación en el uso de profilácticos. «En 2002 sabíamos que el 84 por ciento de los jóvenes entre 15 y 18 años usaban preservativo; el año pasado descendió al 75 por ciento. Son datos objetivos que nos alarman porque corren en paralelo al crecimiento de estas infecciones de transmisión sexual», justificó Carcedo tras presentar la nueva campaña de uso del preservativo del Ministerio de Sanidad.
Las tasas de infección por gonorrea registraron una subida media anual del 26,3 por ciento entre los años 2013 y 2017, según los últimos datos de Vigilancia Epidemiológica, que recoge cada año el Instituto de Salud Carlos III. Esta subida es una de las que más preocupan, así como la aparición de cepas resistentes a los antibióticos actuales, según confirmó Pilar Aparicio Azcárraga, directora de Salud Pública.
Más casos en mujeres
El incremento de la sífilis es menos acusado, pero los últimos datos muestran las cifras más elevadas desde que existen registros: 10,61 por 100.000 habitantes, frente al 2,57 en 1995. Al igual que en la gonorrea, la incidencia fue mayor en hombres que en mujeres. En el caso de la clamidia, otra de las infecciones al alza, las tasas más altas también se sitúan entre los 20 y los 24 años y más en mujeres que en hombres. En 2017 también se diagnosticaron cerca de 4.000 nuevos casos de VIH, además de 17.000 de otras infecciones de transmisión sexual.
Ni la ministra de Sanidad ni la responsable de Salud Pública desgranaron las cifras por colectivos más vulnerables como la población homosexual. Tampoco hicieron un diagnóstico muy certero de las causas del abandono del uso del preservativo, en un momento en la que los jóvenes tienen toda la información disponible.
«Queremos saber por qué se están produciendo estas conductas de riesgo y se producen estas actitudes de relajación frente a las ITS, incluidas la infección por virus del sida», reconoció Carcedo. La ministra sí cree que entre otras muchas causas puede estar el acceso al porno a través de móviles y tabletas en etapas precoces o los ideales románticos de la adolescencia y la imprevisión. En su opinión, todos estos factores cuentan y apuntó en la necesidad de enseñar habilidades a los jóvenes para decidir qué método emplear.
Sanidad también planeó la posibilidad de financiar los tratamientos del VIH como método de prevención, la llamada profilaxis preexposición, aunque eso supondría bajar la guardia del preservativo. «Se está discutiendo cuál es la mejor manera de implementarla, se está planteando», dijo Aparicio.
Un millón de casos al día
El repunte de ITS no es un problema solo de España. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de que cada día se registran un millón de nuevos casos cada día de enfermedades de transmisión sexual.
Se trata de una epidemia persistente y dañina que puede causar efectos crónicos y graves como enfermedades neurológicas y cardiovasculares, así como infertilidad y un mayor riesgo de VIH.
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