"¿Horario? En este negocio, con suerte, hay hora de entrada, pero no hora de salida. Yo he llegado a empezar reuniones a las once de la noche. Sobre todo al principio, vives por y para el trabajo. Y vives bajo una constante presión muy alta". Quien habla es José Javier Abad Camacho, un español que durante casi dos años trabajó en una división de consultoría estratégica en la City, en unas condiciones muy similares a las del becario de Bank of America que apareció muerto en su habitación tras trabajar sin descanso durante 72 horas seguidas.
Abad, quien abandonó a tiempo la profesión para radicarse en el sur de España y disfrutar de una envidiable vida familiar, relata que "no tienes vida porque no sales de la oficina ni para comer. Te relacionas, con suerte, con la gente de la oficina y nadie ajeno a ese mundo puede seguirte con semejantes horarios", dice rememorando la frase que resuena en la madrugada, en los despachos con las luces siempre encendidas: el dinero nunca duerme.
A la espera de los resultados de la autopsia, otro factor que habría tenido que ver en la muerte de Moritz Erhardt, 21 años, que según informaciones de medios alemanes padecía epilepsia, fue el elevado nivel de estrés en el trabajo. "En este tipo de empresas hay constantes evaluaciones de la estructura piramidal cuyo resultado se reduce a dos alternativas: o subes de escalón o te echan. La competencia entre compañeros es brutal", señala Abad, que considera ese tipo de trabajo muy formativo pero desaconsejable a largo plazo.
La retribución que recibía Moritz es la estándar, unas 2.700 libras al mes, unos 3.150 euros, lo que supone, con estos horarios, menos de 8 euros la hora, por debajo de lo que cobra una limpiadora de casas en su Alemania natal. "La auténtica contrapartida es que en muy pocos años te posicionas en niveles profesionales muy altos, que en una carrera profesional normal te llevaría 15 ó 20 años. Ahí sabes que no vives durante 4 ó 5 años, pero pasas directamente a cargos directivos bien remunerados o llegas a socio y ganas entre 1,5 y 2 millones de euros al año", apunta Abad.
COMENTRIO:Es el sistema que hemos creado. Todos, los que lo permitimos por que lo aceptamos y los que lo permiten por que quieren, desea, anelan trabajar en esas empresas (tienes mas probabilidades de hacerte rico con la primitiva que ahi). Muchisima gente preparadisima, que podria estar haciendo trabajos que mejoraran la sociedad y al ser humano (no necesariamente trabajo de campo de ONG) trabajan encerrados, esclavizados en esas empresas. En nuestras manos está!
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