El orden de la gran coalición no altera el producto
Quedan aún dos semanas de campaña, y poco margen para invertir una tendencia que favorece a los socialdemócratas, tan fiables para el electorado como para la propia Merkel, que ha formado sus últimos gobiernos con el SPD
La retirada de Angela Merkel tras dieciséis años como canciller y el escaso carisma de su sucesor como candidato de la CDU, superado en todos los sondeos por la SPD de Olaf Scholz, pone a Alemania -y al conjunto de Europa, siempre condicionada por las políticas de Berlín- ante la incertidumbre y los riesgos de un cambio de rumbo en la que de facto es la capital de la UE. Quedan aún dos semanas de campaña, y poco margen para invertir una tendencia que favorece a los socialdemócratas, tan fiables para el electorado como para la propia Merkel, que ha formado sus últimos gobiernos con el SPD y garantizado la moderación de la política germana, doméstica o comunitaria. Reeditar la ‘gran coalición’ -invirtiendo el orden de unos factores que no alteran el producto- sería la mejor noticia para Alemania, donde a izquierda y derecha, Die Linke y la AfD, asoma la silueta de un extremismo cuyas propuestas radicales y eurófobas obligan a los dos grandes partidos a seguir entendiéndose.
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