Los estadounidenses queman documentos y escapan en helicóptero de su embajada en Kabul
Una circular del Departamento de Estado ha instruido al personal consular a destruir documentos sensibles, ordenadores y teléfonos móviles en caso de la toma de las ciudad por los talibanes
Los talibanes entraron este domingo en Kabul y agitaron todavía más la salida caótica de EE.UU. de Afganistán, tras una presencia militar de dos décadas.
El avance veloz de los talibanes, casi sin resistencia del ejército de Afganistán –financiado y entrenado por EE.UU.– ha provocado una desbandada muy diferente a la «salida segura y ordenada» de la que todavía esta fin de semana hablaba el presidente del país, Joe Biden.
El humo salía de la embajada de EE.UU. en Kabul. Según varios medios estadounidenses, provenía de la quema de documentos por parte de los diplomáticos. Hace unos días, se conoció una circular del Departamento de Estado en la que se instruía al personal consular a destruir documentos sensibles, ordenadores y teléfonos móviles en caso de toma de la ciudad por parte de los insurgentes.
Por el mismo cielo que salía el humo de los papeles, volaron sin descanso helicópteros desde la azotea de la embajada, cargados con diplomáticos y civiles estadounidenses. La imagen conectaba con otro fiasco histórico de EE.UU., la guerra de Vietnam, y con la evacuación acelerada de Saigón en abril de 1975, en una operación en la que sacaron cientos de miles de personas de la capital vietnamita en pocos días.
Ahora, sin embargo, EE.UU. no quiere utilizar la palabra «evacuación», que suena a salida deshonrosa. El jueves pasado, el portavoz del Departamento de Estado, utilizó el subterfugio de «reducción del tamaño de nuestra presencia civil». Y Biden, en un comunicado del sábado en el que anunciaba el envío de más tropas para proteger la salida, lo calificaba de «repliegue» (sí hablaba de «evacuación», sin embargo, para los afganos que han cooperado con EE.UU. y que estarán en riesgo con los talibanes en el poder).
Con independencia del sustantivo elegido por EE.UU., lo que ocurriría en medio de la entrada de los talibanes en Kabul es una desbandada.
Dos fuentes del Gobierno de EE.UU. aseguraron a Reuters que «la mayoría del personal de la embajada está listo para salir» y que algunos ya lo han hecho.
Los vuelos constantes desde la embajada –muchos en Chinook, el principal helicóptero de transporte, pero también en los más ligeros Blackhawk– iban todos con destino al aeropuerto, convertido en un caos de delegaciones diplomáticas de todos los países, uniformes de los ejércitos aliados de EE.UU. y afganos desesperados en busca de un pasaje para salir del país. El aeropuerto es la única vía de salida de Afganistán, con todas las fronteras en regiones controladas por los insurgentes.
Quienes tenían vuelo recibían un brazalete que servía como salvoconducto y les designaba como personal no combatiente. El personal diplomático estadounidense que se quede en Kabul se alojará en un edificio consular en el propio aeropuerto.
La operación de evacuación está siendo asistida por las tropas adicionales enviadas por Biden –serán un total de cinco mil efectivos–, que tienen la autorización para responder a ataques militares.
CON EL RABO ENTRE LAS PIERNAS ES VERGONZOSO
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