Agosto: un mes de tragedias que pasaron desapercibidas por la crisis de Afganistán
El auge de los talibanes en el país asiático está acaparando todos los focos mediáticos, ocultando otras noticias traumáticas por todo el globo, desde el terremoto de Haití hasta los incendios en el Mediterráneo.
El auge de los talibanes en Afganistán está acaparando todo el foco mediático. En el mes de agosto, que tradicionalmente ha estado caracterizado por un cierto apagón informativo, la atención se ha centrado en el rápido ascenso de los integristas islámicos. Sin embargo, en las últimas semanas han sucedido tragedias, en algunos clases muy graves, que han pasado desapercibidas y no han recibido el interés que en sí mismas requerirían.
El terremoto de Haití: más de 2.000 muertos
Es el caso de Haití. El pasado 14 de agosto el país caribeño sufrió un terremoto de magnitud 7,2. Los últimos datos ofrecidos por Protección Civil cifran en 2.207 los fallecidos. Además, todavía hay 344 personas desaparecidas. Se han contabilizado 12.268 heridas y en más de cien mil las casas dañadas o destruidas.
Aunque la cooperación internacional está enviando recursos —España ha mandado 30 toneladas de ayuda humanitaria—, la situación de Haití no invita a ser optimista. El reciente asesinato del presidente Moïse sumió al país en una profunda crisis de estabilidad, a lo que se suma la existencia de bandas criminales que dificultan la distribución del material. Además, hay que recordar que en el año 2010, ya sufrieron las consecuencias de otro terremoto, que provocó la muerte de cerca de 300.000 haitianos.
La tragedia vuelve a golpear al país caribeño y, sin embargo, ahora está recibiendo una atención menor que hace diez años.
El mundo en llamas
Otra de las tragedias que se ha visto superada por la crisis de Afganistán ha sido la de los incendios en el Mediterráneo y en Siberia. Si bien a principios de mes el fuego en Grecia llegó copar las portadas de la prensa nacional e internacional, este se ha visto desplazado en el ámbito mediático por las fotografías de los talibanes y de los refugiados afganos.
En Grecia, por ejemplo, mientras sufría una de las peores olas de calor registradas, ardieron más de 60.000 hectáreas y murieron dos personas, en una crisis mediambiental sin precedentes, según lo calificó el primer ministro heleno, Kyriakos Mitsotakis.
Peor parte se llevó su vecino Turquía, donde se contabilizaron ocho muertos. Además, el país otomano sufrió posteriormente unas lluvias torrenciales que se llevaron por delante la vida de dos personas.
La Costa Azul sufrió también un terrible incendio, en las inmediaciones de Saint Tropez, donde también se lamentó la pérdida de una vida humana.
Más desapercibidos han pasado los incendios en Rusia. Las autoridades cifraron en 3,5 millones las hectáreas arrasadas por las llamas, aproximadamente el área combinada de Serbia y Montenegro. Casi la mitad de la superficie quemada se concentró en la región siberiana de Yakutia, que provocó que 109 personas tuvieran que ser evacuadas.
Casi cien muertos en pateras que buscaban llegar a Canarias
Otra de las tragedias silenciadas queda mucho más cerca de nuestras fronteras. El 7 de agosto murieron 50 personas tras naufragar dos pateras que pretendían llegar a la costa de Canarias. Los imigrantes eran de origen subsahariano, que partieron desde Marruecos buscando llegar a España, según narró uno de los diez supervivientes que fueron rescatados.
Más recientemente, el pasado miércoles 18, fallecieron unos 40 inmigrantes de hambre y sed tras sufrir una avería que los dejó a la deriva cuando bucaban ganar la costa canaria. La embarcación, de la que solo se pudo rescatar con vida a 7 personas, estuvo varios días a la deriva, mientras sus pasajeros iban muriendo escalonadamente por falta de alimento y agua. Habían partido también desde Marruecos, con una mayoría de senegales y malienses, aunque también algún pasajero era de origen marfileño, mauritano y guineano.
Dos días más tarde, el viernes 20, fallecieron 52 personas al hundirse una neumática. Los servicios de rescate solo consiguieron rescatar a una mujer a unos 250 kilométros de Gran Canarias. La superviviente presentaba un precario estado de salud y tuvo que ser ingresada.
En el último mes, animados por la mejoría de las condiciones de navegación, se ha incrementado el ritmo en la llegada de pateras. Este último fin de semana, se han contabilizado la llegada de más de 250 inmigrantes.
Decenas de fallecidos y miles de personas afectadas por las inundaciones
El pasado fin de semana, unas devastadoras inundaciones dejaron al menos 21 muertos y decenas de desaparecidos en el estado de Tennessee, en el sur de EE.UU. Con carreteras estatales, puentes y caminos rurales arrasados, y dejando a miles de personas sin electricidad, los meteorólogos han calificado de «históricas» estas lluvias cuyo operativo de rescate aún sigue activo.
Las autoridades del municipio de Waverly impusieron un toque de queda nocturno mientras continuaban con los esfuerzos por hallar a más personas desaparecidas. Las fotos publicadas en las redes sociales mostraban una hilera de casas casi sumergidas en aguas marrones, automóviles volcados o apilados unos encima de otros y caminos cubiertos de barro y escombros.
También se cebaron las aguas torrenciales con la India a principios de este mes. Al menos 14 personas perdieron la vida y más de 250.000 se vieron obligadas a abandonar sus viviendas en el estado de Bengala Occidental. Las vidas que se llevó la catástrofe se produjeron por el derrumbe de muros y estructuras causadas por las tormentas eléctricas. El Gobierno del país puso en marcha refugios para los afectados y se repartió ayuda humanitaria a través de helicópteros.
Todas estas tragedias no han conseguido hacerse con un papel tan preponderante en el panorama mediático como la crisis afgana. Y tampoco han recibido atención por parte del panorama político, ya sea por la relajación de la actividad estival, o por falta de rentabilidad demoscópica. En cualquier caso, dramas que asolan el mundo y que no debemos olvidar.
ESO NO CUENTA SOLO VACUNAS Y AFGANOS
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