Agilizar ya la concesión de ayudas directas
La excesiva burocracia, los estrictos requisitos y un mal planteamiento general de su distribución pueden lastrar la acertada decisión del Gobierno de, por fin, poner en marcha las ayudas directas que miles de empresas y autónomos esperan desde hace meses.
La excesiva burocracia, los estrictos requisitos y un mal planteamiento general de su distribución pueden lastrar la acertada decisión del Gobierno de, por fin, poner en marcha las ayudas directas que miles de empresas y autónomos esperan desde hace meses. Según estimaciones de las patronales, esos obstáculos pueden dejar sin repartir hasta un 40 por ciento de los 7.000 millones dispuestos para este fin, de tal forma que en algunas comunidades la llegada de este dinero será meramente testimonial, sin apenas impacto en la economía local. Temen, en fin, que ocurra un colapso parecido al del programa del Ingreso Mínimo Vital que, más de un año después de su implantación, solo ha llegado al 30 por ciento de los hogares diana de esta ayuda. Es urgente que los mecanismos de distribución de las ayudas se agilicen y alcance una velocidad de crucero sostenida y compatible con los preceptivos controles. Está en juego la viabilidad de miles de empresas y de muchos puestos de trabajo.
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