El Gobierno británico contempla escenarios apocalípticos para el período post Brexit
Las horas decisivas para alcanzar un acuerdo comercial con la UE están a punto de acabarse.
Reino Unido es, en esta recta final del 2020, el epicentro de acontecimientos muy relevantes: mientras es uno de los países más afectados por la pandemia de Covid-19, con una cifra oficial de fallecidos que ya supera los 66.000, es a la vez el primero del mundo occidental que empezó su programa de vacunación para atajar el brote y una vacuna desarrollada en la Universidad de Oxford es una de las más avanzadas del mundo. A esto se suma el Brexit, cuyo período de transición acaba el próximo 31 de diciembre, y las horas decisivas para alcanzar un acuerdo comercial con la Unión Europea están a punto de acabarse.
En este contexto, el comité del Parlamento británico responsable de analizar la futura relación entre la nación y la UE pidió al Gobierno de Boris Johnson un plan de contingencia para atajar los problemas que inevitablemente se producirán debido a la falta de preparación para el inminente divorcio, un llamamiento que se produjo tras conocerse que el gobierno ha contemplado ya una serie de posibles escenarios apocalípticos como consecuencia de una ruptura sin acuerdo. Así lo reveló el periódico The Times, que asegura que la semana pasada se llevo a cabo en Whitehall un ejercicio de prueba de estrés (que sirve para evaluar la estabilidad y capacidad de acción de un sistema ante posibles escenarios desestabilizadores) bautizado como «Operation Capstone», en el que se modelaron una serie de eventos que representan todo lo que podría salir mal en la película sobre el Brexit que empezó hace cuatro años, cuando la mayoría de la población votó en un referéndum histórico.
Los eventos representados incluyen la explosión de una bomba en Gibraltar, camiones cargados con suministros indispensables para combatir la pandemia, como medicamentos, siendo secuestrados en la carretera, y el cierre repentino de un enorme proveedor de atención domiciliaria ahogado por el drama de la caída de la libra y la imposibilidad de contratar personal del bloque comunitario ya que la libre circulación de ciudadanos acabará con el divorcio. A esto se suman inundaciones en Inglaterra provocadas por dos tormentas, buques de Francia y España bloqueando en el Canal de la Mancha el paso de los ferries británicos hacia el continente y a la policía lidiando con las revueltas sociales y las protestas ciudadanas. Según una fuente del gobierno citada por el diario, el primer ministro tiene la intención de cumplir su amenaza de no regresar a la mesa de negociaciones en caso de que las conversaciones fracasen, incluso si algunas de las dramáticas situaciones de la Operación Capstone se cumplen.
Más allá del peor de los panoramas contemplado en el ejercicio, lo único que hay ahora mismo es una gran incertidumbre y eso, de acuerdo con otra fuente de Downing Street, ha hecho que quienes trabajan allí estén viviendo unos días de mucho nerviosismo y frustración, con un estado de ánimo que oscila constantemente entre el optimismo y el pesimismo, tanto por la crisis del Covid como por la del Brexit, que están indiscutiblemente ligadas y que se prevé sean la causa de un invierno gris para todo el mundo, sobre todo para las familias más afectadas económicamente, y sobre todo ahora que la esperada ventana de cinco días para celebrar la Navidad con los seres queridos ha sido cerrada en Londres y el sudeste de Inglaterra con un nuevo confinamiento estricto debido al aumento de los contagios. Mientras tanto, Johnson y su equipo se preparan, o eso dicen, para enfrentar cualquier evento post Brexit en el que la realidad supere a la ficción.
ES UNA LOCURA.
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