Foto. José Ángel Miyares Valle
LA CORRUPCIÓN, EL CÁNCER DE LAS DEMOCRACIAS (por José Ángel Miyares
Valle)
No hay día que no nos levantemos con noticias sobre la corrupción. El
90% del tiempo de los telediarios se centra sobre la corrupción reinante, pero
lo curioso es que nunca oigo nada sobre la devolución de lo sustraído. ¿Después
de de tantas promesas políticas, de que se va perseguir esta lacra, no ha sido
posible hacer leyes claras y concisas que obliguen al corrupto a devolver lo
sustraído?¿cómo es posible que hablen tanto de transparencia y no se legisle de
acuerdo a lo que se dice? Es muy sospechoso posiblemente es que los políticos no les interesa por si las
mocas, pues sus intenciones no son tan
limpias como manifiestan, dudan de su honestidad a la hora de tener posibilidad
de llevárselo fácilmente.
¿Por qué son tan cautos en suprimir los aforamientos? Tenemos unos 12.000 aforados que ponen mucho
más difícil ser investigados y casi los hace impune su condición. Por ejemplo
el Senado está plagado de políticos conocidos que vienen a cobrar buenos dineros
y descansar de sus antiguos cargos
,muchos de ellos al frente de numerosos colaboradores investigados por
corrupción y ellos amparados bajo la concha del aforamiento. Si queremos una
verdadera democracia limpia se tienen que acabar los aforamientos, somos el
asombro de Europa por esta situación. Sinceramente creo que esto no va ser
posible, pues si hacen algo será puro maquillaje y así no hay democracia que se
sostenga.
No hay democracia que se precie, que no tenga mecanismos serios para
perseguir la corrupción y se pongan en práctica, desgraciadamente a España no
hay interés por ello, todas las elecciones prometen la lucha y pasa el tiempo , legislaturas y ningún gobierno ataca
verdaderamente de raíz el grave problema, solo queda en promesas incumplidas.
Esta situación lleva a la sociedad
a no creer en la democracia y
aparece una especie de anarquía social e institucional que si no se ataca a
fondo, se aprovechan los vendedores de medicinas milagrosas para solucionarlo y
el pueblo desorientado les sigue dándoles cancha . Así llegamos a los
populismos que pueden de ser de corte de
derechas o izquierdas con tintes muy sociales para desembocar tras una descomposición del sistema corrupto
en unas dictaduras amparadas por los ejércitos y fuerzas de orden público, donde aparece el orden bajo las botas de los
militares pero casi siempre acompañadas de cartillas de racionamiento, como he visto
hace tres años en mi querida Cuba donde el aparato del estado vive muy bien y el
resto del pueblo todos iguales pero comiendo habichuelas contadas, todos tienen
trabajo obligatorio, no hay paro pero ganan un salario de de 10 euros mensuales,
si no acuden al trabajo se le aplica la ley de vagos y maleantes y van a dar
con sus huesos en la cárcel por rebeldía y falta de colaboración con la
revolución del estado.
Por todo es esto, luchemos por una social democracia verdaderamente democrática,
social, transparente con separación de los poderes legislativo, ejecutivo
y judicial. ¿acaso es tan difícil
lograrlo?
José Ángel Miyares Valle
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