¿Por qué gustaba Landa?
20 filmes protagonizados por el actor superaron el millón de espectadores .
Un señor bajito, velludo y con enorme gracejo. Carismático y
reconocible. Tierno, algo temeroso. Uno de los nuestros, al menos para los
millones de espectadores que poblaban los cines del tardofranquismo para
coquetear con los placeres de unos tiempos que parecían nuevos. Algo estaba
cambiando y el héroe no era sofisticado sino un españolito con los instintos
carnales a flor de piel. Eso, más o menos y en síntesis, era el prototipo
'landista', icono de un país que no se puede borrar porque
forma parte de lo que fuimos.
Pasadas unas horas de la muerte de Alfredo Landa parece que incomoda recordar
aquello. La resistencia ha abarcado un largo tiempo en el que la historiografía
y la crítica cinematográfica ha pasado de puntillas sobre el cine popular del
periodo. Como si el camino del medio estuviera forjado exclusivamente por
la búsqueda inequívoca de la belleza. Pues no. Francisco Umbral
ya anunció que la España de la última década de la dictadura se resumía en
aquellas obras, cuyos títulos apenas se citan porque parecen tan simples que no
merecen estudio.
Pues tampoco: '¿Por qué te engaña tu marido?' (Manuel Summers, 1969), '¡Vente
a Alemania, Pepe!' (Pedro Lazaga, 1971), 'Los novios de mi mujer' (Ramón
Fernández, 1972), '¡No firmes más letras, cielo!' (Pedro Lazaga, 1972) y 'Dormir
y ligar: todo es empezar' (Mariano Ozores, 1974) son sólo algunas de la veintena
de producciones que tuvieron a Landa como cabeza de cartel y que superaron,
según los datos oficiales, el millón de espectadores en el momento de su
estreno. 'No desearás al vecino del quinto' (Ramón Fernández, 1970) superó los
cuatro millones y fijó una marca sólo superada en la industria nacional por
'Torrente 2: Misión en Marbella' (Santiago Segura, 2001). Ahí
hay algo.
Hay, sobre todo, el reflejo y/o la generación de una imagen: la de un hombre
que intenta asimilar las transformaciones que pretendían los Planes de
Desarrollo, con sus infraestructuras, su turismo y su supuesto
progreso de centro comercial y Seat 600. Eso, las minifaldas y los biquinis.
Amor, odio
Las novedades del entorno atraían pero también causaban inquietud. En ese
paisaje irrumpió Landa con filmes rodados a toda prisa, con descuido en el
acabado formal y con un arsenal de referencias a los usos y costumbres. Sexo,
sexo, sexo. Así se forjó una variante del convencional 'macho ibérico',
amante en permanente celo y muy fértil gracias a su origen
racial.
El varón, por español, garantizaba atractivo, potencia y acierto. El
protagonista de 'Cuando el cuerno suena' (Luis María Delgado, 1975) mantiene
relaciones con tres jóvenes y las tres acaban embarazadas. Y en 'Manolo, la
nuit' (Mariano Ozores, 1973) las nórdicas se disputan unos favores de hotel
costero, algo a lo que Manolo no se resiste a pesar de estar
casado, pues el adulterio suele aparecer como algo tan natural en ellos
como pecaminoso en las esposas.
No es extraño, así, que el éxito del ciclo tardofranquista incluyera 'El
reprimido' (Mariano Ozores, 1974), cuyo título aclaraba cómo era el sujeto al
que encarnó Landa. Un individuo que llegó a la categoría de fenómeno sociológico
bautizado como "landismo" por Tomás García de la Puerta,
crítico de 'Pueblo'. Pronto llegaría, sin embargo, su revisión en 'El puente'
(Juan Antonio Bardem, 1977), primer paso hacia las películas de prestigio que
estaban por llegar y que han monopolizado, de forma un tanto reduccionista, la
valoración profesional que se ha hecho de quien fue uno de los nuestros.
COMENTARIO:
SIEMPRE ESTARÁS PRESENTE EN NUESTRO RECUERDO POR AQUELLAS TARDES DE CINE QUE TANTO NOS HICITES REIR,SOÑAR Y PENSAR SOBRE ELVIVIR DE CADA DÍA,ERES UN PEDAZO DE HISTORIA Y QUIEN QUIERA VER UN TESTIMONIO DE NUESTRO ESTILO DE VIDA DE LOS 60 QUE VEA TUS PELÍCULAS. LA HISTORIA HARÁ JUSTICIA LO QUE TE NEGÓ EN VIDA UNA SOCIEDAD QUE SE AVERGÜENZA DE UNA REALIDAD PASADA DONDE LA GENTE REÍA Y CANTABA EN LA CALLE.
SIEMPRE ESTARÁS PRESENTE EN NUESTRO RECUERDO POR AQUELLAS TARDES DE CINE QUE TANTO NOS HICITES REIR,SOÑAR Y PENSAR SOBRE ELVIVIR DE CADA DÍA,ERES UN PEDAZO DE HISTORIA Y QUIEN QUIERA VER UN TESTIMONIO DE NUESTRO ESTILO DE VIDA DE LOS 60 QUE VEA TUS PELÍCULAS. LA HISTORIA HARÁ JUSTICIA LO QUE TE NEGÓ EN VIDA UNA SOCIEDAD QUE SE AVERGÜENZA DE UNA REALIDAD PASADA DONDE LA GENTE REÍA Y CANTABA EN LA CALLE.
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