Salen a la luz unos documentos que revelan que el MI6 pagó una fortuna a generales y oficiales del entorno del Caudillo en un intento por detener la participación de España en el conflicto del lado de Hitler, según «The Guardian».
El MI6 se habría gastado el equivalente actual de más de 200 millones de dólares en sobornar a oficiales superiores, militares españoles, armadores y otros agentes del entorno de Francisco Franco para que España no entrara a formar parte de la Segunda Guerra Mundial, según unos documentos publicados este jueves y de los que se ha hecho eco el periodista Richard Norton-Taylor para el diario británico «The Guardian».
Los servicios secretos británicos habrían ingresado el dinero en varias cuentas bancarias en Suiza y en Nueva York, al nombre de Sir Samuel Hoare, el embajador británico en Madrid de aquel momento, ante el miedo de que Franco abandonara la neutralidad y se uniera a las fuerzas de la Alemania nazi.
Hubo un momento en el que algunos ministros británicos tuvieron que persuadir a otros estadounidenses para que desbloquearan el dinero que los agentes españoles tenían en los bancos de Nueva York.
En junio de 1940, Hoare habría exigido inicialmente la suma de 1 millón de dólares para presionar a los oficiales españoles. «Urjo a la autoridad a concederme este dinero sin demoras y si tiene dudas, que consulten al primer ministro», escribió Hoare al ministro de Exteriores en Londres. «Sí, por supuesto», contestó este en un telegrama en el que aprecían las iniciales de Winston Churchill.
«Es muy probable que la entrada de España en la guerra dependa de nuestra rápida actuación», telegrafió Hoare en otro llamamiento de dinero urgente al MI6. «La situación es crucial. No puedo perder tiempo en explicar los detalles», señalaba.
Hoare aseguró que el dinero británico fue el responsable de la detención de las personas que intentaban conspirar y persuadir al dictador español para unirse a la guerra del lado de Hitler.
En un mensaje secreto, el secretario de Relaciones Exteriores, Lord Halifax, se refería en varias ocasiones a las posibles reuniones de agentes de los servicios británicos con la guerrilla española en el caso de que en España entraran las tropas alemanas. «Por favor, quema esta carta cuando la hayas leído», le dijo Hoare.
Posteriormente, agentes británicos se pusieron en contacto con un líder republicano español y con representantes de Alianza Democrática Española. Las preocupaciones de Churchill sobre que los agentes británicos se relacionasen con «rojos» -como pone en los documentos- con el objetivo de provocar una revolución hizo que intermediara el ministro de la guerra, Hugh Dalton, y disolviera los contactos, tal y como los documentos señalan .
El espía travestido
Otra historia rocambolesca que acaba de salir a la luz es la de un oficial del MI6que fue arrestado por la policía en Madrid durante la Segunda Guerra Mundial cuando iba disfrazado de mujer. Dudley Clarke, quien decía ser un periodista del Times, le contó a la policía española que él era «un novelista y quería estudiar cómo reaccionaban los hombres al paso de las mujeres en la calle».
Más tarde explicó que en su maleta llevaba ropa para una mujer con la que había quedado en Gibraltar y que había decidido probársela como «una broma». Reveló que la policía había encontrado un rollo de papel higiénico entre sus pertenencias y que se lo habían confiscado para realizarle pruebas químicas.
Comunicaciones interceptadas por los servicios secretos británicos revelaron que los funcionarios alemanes describieron el caso como un «incidente de espionaje de primera clase». No obstante, Clarke fue puesto en libertad y le mandaron rápidamente a Gibraltar. «Por favor, mantenedle vigilado y le mandáis en el próximo avión a Oriente Medio», dijeron al gobernador de Gibraltar. «Si muestra signos de trastornos mental, debeis mandarle a casa en el primer barco que haya».
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