BIDEN,DÉBIL ANTE LOS ENEMIGOS DE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA.

 Biden, débil ante los enemigos de la democracia en América

La Casa Blanca no dice abiertamente a quién ha invitado a la Cumbre de las Américas

Es incapaz la Casa Blanca de Biden de decir abiertamente a quién ha invitado a la Cumbre de las Américas que, en su novena edición en tres décadas, se celebra esta semana en Los Ángeles. Es una situación insólita, como es un bochorno ver cómo los altos funcionarios de esta presidencia estadounidense hacen todo tipo de malabarismos por no admitir que han decidido entablar contacto con el régimen castrista con tal de que acuda a esa cumbre el mexicano López Obrador, viejo socio del trío de dictaduras en Cuba, Venezuela y Nicaragua. No han confirmado siquiera si entre los invitados estará Juan Guaidó, a quien EE.UU. todavía reconoce en teoría como representante legítimo del pueblo venezolano, frente a la usurpación chavista.

No sorprende, porque enviados de la Casa Blanca acudieron en marzo a Caracas a verse con Maduro justo antes de que procedieran a un levantamiento parcial de sanciones que le permite a la petrolera americana Chevron reanudar algunas de sus operaciones en Venezuela, aunque no a la española Repsol.

Paralelamente, Biden ha aceptado retirar otras penalizaciones que Trump impuso sobre la dictadura cubana. El problema para Biden es que todos estos gestos no se están traduciendo en un mayor respeto a los derechos humanos en ninguna de esas dictaduras. Al contrario, en Cuba la represión aumenta, si eso es posible, con duras penas de cárcel de hasta 30 años a los manifestantes que el año pasado se atrevieron a salir a las calles a pedir democracia. El mandatario mexicano es, sin duda, el ganador de los preparativos de esa cumbre que se suponía de democracias americanas y que acaba siendo un caos indigno de la otrora influyente presidencia americana. Él mismo ha sido capaz de doblegar a Biden, cuya diplomacia había alertado tajante hace un mes de que ni Cuba, ni Venezuela, ni Nicaragua serían invitados, para verse onerosamente desmentida por la propia Casa Blanca solo unos días después. Biden no deja de ofrecer señales de debilidad ante los enemigos de la democracia en América.