Francia planea una rebaja fiscal para su reconstrucción y Alemania pide un impuesto global a las tecnológicas
Los ministros de Alemania y Francia dan a conocer conjuntamente en qué gastarán los fondos de la UE, con el denominador común de la digitalización y la protección del clima
Los ministros de Finanzas de Alemania y Francia, Olaf Scholz y Bruno Le Maire, quisieron añadir este martes solemnidad a la presentación de sus proyectos de utilización del dinero que les corresponde del Fondo de Reconstrucción, haciendo públicos sus presupuestos conjuntamente y subrayando que se trata de un momento histórico. «Hoy comienza una nueva etapa en Europa», dijo el también vicecanciller alemán y candidato por el Partido Socialdemócrata a las elecciones del próximo mes de septiembre, lo que quizá explique, al menos, en parte el bombo empleado en anunciar un proyecto que en Alemania se conocía al detalle desde hace semanas.
En una videoconferencia conjunta, cada uno desde su respectivo Ministerio, ambos pidieron celeridad a todas las partes implicadas en el proceso, para que las ayudas europeas puedan llegan cuanto antes a las maltrechas economías del euro. «La Comisión Europea debe examinar los planes nacionales de estímulo lo antes posible para que puedan ser aprobados a más tardar en el Consejo Europeo de julio», apremió Bruno Le Maire a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Tanto Berlín como París consideran que cada día cuenta en el impacto que puedan desarrollar los 750.000 milones en total. «Ya hemos perdido demasiado tiempo», insistió Le Maire.
Alemania puso especial énfasis en poner en marcha un impuesto global a las grandes tecnológicas, mientras que Francia prevé una rebaja fiscal en su territorio.
Casi al mismo tiempo que Alemania y Francia, también presentan esta misma semana sus proyectos España e Italia. Todos los diseños están cortados más o menos por el mismo patrón, respondiendo a las exigencias de la Comisión de dar prioridad a la digitalización y a la protección del clima. Quizá la principal diferencia entre los proyectos alemán y francés es que Berlín planea volver al déficit cero en 2022 mientras que París no piensa empezar a reducir la deuda hasta 2027. «En un momento como este el Pacto de Estabilidad ha de ser entendido con flexibilidad, no voy a entrar en detalles pero ese es el mensaje», ha dicho Scholz.
Francia espera del Fondo de Reconstrucción ayudas por valor de 41.000 millones de euros, de los que los primeros 5.000 millones serán desembolsados en septiembre. Alemania espera por su parte recibir en total 28.000 millones de euros. De esa cantidad, 15.200 millones se otorgarán en ayudas en 2021 y 2022, el resto en 2023. El gobierno quiere utilizar el 90% en dos grandes paquetes: la protección del clima y la digitalización, superando con creces los requisitos de la UE. Las normas de la UE exigen que el 37% del dinero se gaste en la lucha contra el cambio climático y el 20% en digitalizar la economía.
Dentro del apartado de protección del clima, el 45% del total, el 22% será para movilidad respetuosa con el clima, que significa muy a grandes rasgos coches eléctricos, el 11% para sistemas de energía innovadores como la promoción de la tecnología del hidrógeno y el 9% para construcción respetuosa con el clima. El otro gran paquete, del 45% del total, será invertido en digitalización. Desglosado, contiene un 10% para infraestructura digital, otro 10% para digitalización de la economía, el 5% para la educación digital y el 14% a la digitalización de la administración. La quinta parte restante se destinará principalmente al sector de la salud y la protección contra las infecciones.
Impacto sobre el crecimiento económico
El BCE ha calculado el impacto que esta inyección puede tener sobre el crecimiento y cree que puede alcanzar el 1,5% del PIB. A largo plazo, el fondo dará como resultado un aumento de alrededor del 2% en el PIB de Alemania y un aumento del 0,5% en el empleo, ha calculado Scholz por su cuenta, citando un informe del Instituto Alemán de Investigación Económica.
«Hoy es un buen día para Europa... Ahora podemos actuar unidos por una Europa fuerte que sea solidaria y esté preparada para el futuro», ha celebrado Scholz, convencido además de que el fondo servirá de impulso para el cumplimiento de los objetivos a largo plazo de la UE para reducir las emisiones netas de CO2 a cero hasta 2050. Berlín tiene como objetivo gastar 11.500 millones de euros en ayudar a las empresas a pasar al hidrógeno como fuente de energía, en incentivos para comprar automóviles, autobuses y trenes eléctricos, y en la renovación de edificios para mejorar su eficiencia energética. Scholz ha relatado que destinará más de 14.000 millones de euros a facilitar el cambio digital, por ejemplo «para ayudar a la industria del automóvil a convertir sus procesos de producción y hacer que los sectores de la educación, la salud y la administración pública estén preparados para el futuro».
Alemania y Francia tienen la intención, además, de sentar las bases para una infraestructura de nube europea y promover las capacidades europeas para construir chips de procesador de próxima generación, áreas en las que el bloque está rezagado. Ambos han respaldado un impuesto de sociedades global y han expresado su confianza en poder terminar obteniendo una porción de la economía digital que ahora es dominada por los gigantes tecnológicos estadounidenses Google, Amazon o Facebook.
El plan de salida francés, además, prevé no subir impuestos, sino, por el contrario, seguir rebajándolos, informa J. P. Quiñonero.
COMO EN ESPAÑA TODO LO CONTRARIO
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