Ciudadanos se conjura en la plaza del Dos de Mayo para resistir «el asedio» de los extremos
El exvicepresidente regional Ignacio Aguado participa por primera vez en un mitin tras renunciar a su candidatura.
El debate de ayer en la Ser cambió el rumbo de la campaña del 4-M para casi todos los partidos. La excepción es Ciudadanos (Cs), donde consideran que no hace sino consolidar su mensaje a los madrileños: solo su entrada en la Asamblea regional puede evitar que el Gobierno de la Comunidad de Madrid dependa de los extremos.
Ese es el aviso que ha llevado hoy Edmundo Bal, el candidato de Cs, a la madrileña plaza del Dos de Mayo. Allí, en un símbolo de la conjura de todos los madrileños frente a la invasión francesa, el abogado del Estado ha reivindicado su proyecto como el único que vela por «la concordia».
Junto a él, en el escenario, Inés Arrimadas, Begoña Villacís y un reaparecido Ignacio Aguado, ovacionado por los cerca de cuatrocientos asistentes. Algún transeúnte se detenía, parado por la curiosidad, e incluso acompañaba con tímidos aplausos el fervor de los simpatizantes de Cs. Después, con la misma discreción que había llegado, continuaba su camino por el Madrid de la Movida.
«Aquí se gestó la Movida Madrileña y la Movida Madrileña es libertad. Lo que vamos a votar el 4-M es si permitimos que se hagan con un Madrid de ellos o conseguimos un Madrid de todos», ha clamado la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, ante la atenta mirada de la plana mayor de Cs. En esa plaza han coincidido esta mañana la secretaria general, Marina Bravo, el vicepresidente de Andalucía, Juan Marín, eurodiputados como Luis Garicano, Jordi Cañas y José Ramón Bauzá, y otros miembros de la ejecutiva como Miguel Gutiérrez, María Muñoz o César Zafra, entre otros. También estaban, en un segundo plano, Carlos Cuadrado y José María Espejo-Saavedra.
La vicealcaldesa ha dado paso a un visiblemente emocionado Aguado, muy reconocido por los asistentes. «Hoy sufrimos el asedio de los populistas, de los radicales, de los que juegan con nuestro futuro por un puñado de votos», ha advertido, y ha lanzado un mensaje contundente a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso: «Nos dice que hay que elegir entre comunismo o libertad. Pero Isabel, si Madrid ya era libre antes de que reventases el Gobierno. Otra cosa es que ella quiera ser libre para gobernar con Vox, colonizar Telemadrid o para seguir siendo aforada. Habrá que preguntárselo».
«Isabel, vamos a gobernar juntos»
Después de señalar «el placer» de haber sido el vicepresidente de todos los madrileños -«El placer ha sido nuestro», ha gritado un asistente-, ha sido el turno del candidato. Por Edmundo Bal no pasan los sondeos. La mayoría de encuestas sitúan a Cs fuera de la Asamblea de Madrid, pero ahí está él: con la misma energía con la que recorrió hace dos años toda España acompañando a Albert Rivera en su frustrado 'sorpasso' al PP.
«Le quiero decir a Isabel Díaz Ayuso, Isabel, vamos a gobernar juntos, nos vamos a llevar bien», ha aseverado, dejando fuera de toda duda una posible alianza con «la historia de amor» entre Ángel Gabilondo (PSOE) y Pablo Iglesias (Podemos).
Bal, en referencia al debate de ayer en la Ser, ha criticado que Iglesias buscase romper el diálogo y que la candidata de Vox, Rocío Monasterio, se alegrase de la marcha del líder de Podemos. «La democracia se construye sentados alrededor de una mesa y no levantándose (...). No se puede defender la libertad si no defendemos la libertad de los demás. Hasta ayer pensaba que somos la mejor opción para Madrid, pero es que hoy pienso que somos la opción imprescindible», ha clamado Bal.
Pero el momento cumbre, el que ha desatado más aplausos, ha llegado cuando ha condenado una a una todas las violencias: la amenaza de muerte recibida por Iglesias, el acoso a Vox en Vallecas, el 'escrache' a Villacís cuando estaba embarazada, las agresiones a la Policía... «Condeno la violencia de ETA que Bildu disculpa», ha sentenciado.
Arrimadas, que ha clausurado uno de los mítines más numerosos de Cs en lo que va de campaña, ha defendido que la actual generación de españoles tiene «una responsabilidad histórica». «La responsabilidad de nuestra generación es que no se generen enemigos entre nuestros amigos, entre nuestros padres, entre nuestros vecinos», ha advertido, recordando la fractura social que ya se vivió en Cataluña en 2017 por el 'procés' y que aún persiste.
«La libertad se defiende cada día. La libertad no es que te hagan elegir entre dos bandos. Ante un extremo no me vale el otro. Si os dio vergüenza el debate de ayer, tenéis que votar a Cs. Si condenáis sin fisuras toda la violencia, la barbarie de ETA, la lejía que nos echaban cuando íbamos a pueblos de Cataluña, debéis votar a Cs. Vamos a estar a la altura. Madrid va a estar a la altura y España va a estar a la altura. Vamos a volver a ser ejemplo frenando la polarización porque el 4 de mayo los moderados se van a movilizar. Vamos a hacer de esto una oportunidad de demostrar lo que vale España», ha finalizado la líder de Cs, entre aplausos y el 'Seven Nation Army' de The White Stripes.
¡QUÉ OS QUEDA CIUDADANOS?NADA NI LAS SIGLAS.
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