El cartel con la cuenta atrás, en una imagen difundida por Twitter
8.711 días, 1 hora, 12 minutos y 25 segundos para la desaparición de Israel.
Los ultras iraníes se empeñan en mantener viva la enemistad con el “régimen sionista”.
Quienes transitan por la avenida Jomhuri de la ciudad iraní de Mashhad se encuentran desde hace unos días una gran pantalla digital con la cuenta atrás hacia la desaparición de Israel. Según este presagio al “régimen sionista”, como lo denomina la propaganda oficial, le quedan en torno a 8.700 días de vida, que el reloj va ajustando minuto a minuto y segundo a segundo. Incluso para los iraníes, acostumbrados a oír noticias sobre la inminencia de esa hecatombe a través sus medios de comunicación, tanta precisión resultaría asombrosa si no conocieran su origen. Así que la misma pantalla también muestra las palabras del ayatolá Ali Jameneí, el actual líder supremo de Irán, prediciendo el fin del mayor enemigo de la República Islámica.
“Tras el acuerdo nuclear, los sionistas en la Palestina Ocupada dijeron que ya no se tendrían que preocupar de Irán durante los próximos 25 años (…). Si Dios quiere, en 25 años no habrá nada en la región llamado régimen sionista”, manifestó Jameneí durante un discurso en Teherán hace un año.
La frase fue elegida como el dicho más popular que el líder supremo pronunció el año pasado en una encuesta realizada por su sitio web. Doce meses después, Vahid Yalilí, teniente de alcalde de Mashhad, decidió instalar la pantalla en una de las calles más concurridas de esta ciudad, donde se encuentra el santuario del octavo imam de los chiíes y que a diario recibe a decenas de miles de peregrinos. Es su forma de darles la bienvenida, ya que el panel electrónico se encuentra en el camino hacia el centro desde el aeropuerto. Vahid Yalilí es hermano del principalista Said Yalilí, representante del líder en el Consejo de Seguridad Nacional y su candidato favorito en las presidenciales de 2013 (en las que salió elegido el moderado Hasan Rohaní, actual presidente).
No es la primera vez que llegan este tipo de noticias desde Mashhad, una ciudad dominada por los conservadores que la consideran como zona santa. La prohibición de conciertos que sus responsables políticos aplican desde hace dos años fue el principal motivo que llevó a Ali Jannati a dimitir como ministro de Cultura y Orientación Islámica a finales de octubre.
Irán rompió relaciones diplomáticas con Israel tras la revolución islámica de 1979 al considerarlo como un “régimen usurpador sionista”. Esa falta de contactos no ha significado que se ignoren. La República Islámica ha convertido al Estado judío en su mayor enemigo en el mundo, un hecho que incluso afecta los deportistas iraníes quienes renuncian a competir contra los israelíes en eventos internacionales. Aun así muchos de estos gestos antagónicos son para consumo interno y constituyen una piedra de toque para medir la fidelidad a los principios revolucionarios no sólo de los actores políticos, sino sociales y hasta culturales.
PARECE UNA AMENAZA SUBREALISTA DE QUE SE CUMPLA, PARECE CIENCIA FICCION Y PROPRAGANDA.
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