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sábado, 9 de noviembre de 2013

EL MILLONARIO MINISTRO CAÑETE QUIERE QUE LO COMAMOS TODO¿PERO HAY ALGO QUE COMER PARA MUCHOS ESPAÑOLES?

El "maître" Juan Carlos Fernández Cao prepara una bolsa con sobras de un almuerzo., miki lópez

Cañete quiere que nos lo comamos todo.

El ministro de Alimentación lanza una cruzada contra el desperdicio de comida, que los restaurantes asturianos ya secundan al ofrecer las sobras envasadas al cliente. ¿PERO QUIÉN VA LA RESTAURANTE? CADA DÍA MENOS.

Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura, animó hace meses a los españoles a tomar los yogures pasados de fecha y ahora se afana en luchar contra el despilfarro de alimentos en España, una sangría que envía cada año al vertedero más de ocho millones de toneladas de comida procedentes de hogares, tiendas y restaurantes.
La campaña "Más alimento, menos desperdicio", lanzada en abril por el Ministerio, vive estos días su semana estelar con el lema "Buen aprovecho". La estrategia enlaza con la necesidad de atajar el problema global que supone el hecho de que un tercio de la producción mundial de alimentos termine en la basura, según datos de la FAO, la agencia especializada de Naciones Unidas, que lucha contra el hambre.
En total, se calcula que cada año se esfuman en el planeta 1.300 millones de toneladas de comida, por un valor superior a los 500.000 millones de euros. Con un cuarto de esos alimentos se podría alimentar a los 842 millones de personas que padecen hambre en el mundo. La cifra no es menor, y menos en unos momentos en los que crece imparable el número de personas que en Asturias, y en el resto del país, acuden a los servicios sociales y ONG para poder comer.
La Comisión Europea señala que en la Unión Europea se tiran anualmente 89 millones de toneladas de comida, a una media de 179 kilos por persona y año. El derroche se da en todos los niveles de la cadena alimentaria, desde la producción, la transformación, la distribución, la venta, la compra y hasta el momento del consumo.
María Velasco, directora del Banco de Alimentos de Asturias, destaca la validez de la campaña del Ministerio, en la que participa la entidad, que llega a los centros educativos para sensibilizar a los más pequeños. "Con la crisis, la gente tira menos comida y también reduce la compra. Aún así mucha comida acaba en la basura, cuando no debería ser así", explica. "Los porcentajes de comida desechada bajan algo por la crisis, pero no es porque la gente se haya decidido a seguir los consejos de cocina de la abuela, sino porque bajamos el ritmo de consumo", comenta la responsable de esta ONG.
Velasco considera que los buenos hábitos en el uso de la comida deben comenzar por el hogar. "Los niños deben aprender que no pasa nada por comer una fruta que no es perfecta, por tomar el plátano un poco más maduro de la cuenta o ingerir lo que ha sobrado preparado de otro modo", señala. Sus tesis enlazan con las de Arias Cañete, que también hace hincapié en comprar con la cabeza y gestionar las visitas al supermercado con una lista en la mano.
En los locales hosteleros de la región, cada vez es más frecuente que los comensales soliciten un "tuper" con las sobras para llevarse a casa, algo que en países como Estados Unidos no hace falta ni pedir, porque el paquete con los restos del almuerzo o la cena se prepara directamente, salvo que el cliente lo rechace. El restaurante La Corrada, en Oviedo, fue uno de los pioneros en dispensar los alimentos que se quedan sobrantes en el plato, bien porque las raciones son demasiado abundantes o porque en ese momento apetece más conversar que coger los cubiertos para dar buena cuenta del menú elegido.
"Nosotros lo hacemos desde hace dos años, tanto con la comida como con la bebida. Incluso si el cliente no lo solicita, nosotros lo ofrecemos si vemos que se deja medio entrecot en el plato", explica Juan Carlos Fernández Cao, "maître" del restaurante, acostumbrado a las caras de asombro de los turistas que llegan a la ciudad cuando observan el tamaño de las raciones que aparecen en el plato. "Envasamos los alimentos en recipientes no retornables y la gente se los lleva", relata. El pan, los postres y el vino son algunos de los artículos que más se lleva la gente a casa. "Es una tendencia que acabará generalizándose en España, y más en estos tiempos", asegura Fernández Cao.
Los datos del Ministerio indican que el pan, los cereales, los productos de pastelería, las verduras, la leche y sus derivados, así como la pasta, los arroces y las legumbres, son algunos de los alimentos que más se tiran, seguidos de carnes y comidas preparadas o precocinadas, embutidos, alimentos en conserva, pescados y mariscos, huevos y bebidas. La comida es el momento del día en el que más alimentos se tiran, seguida de la cena y los desayunos. Fomentar la cocina con sobras es una de las medidas que pueden ayudar a paliar este desperdicio nacional. Croquetas, cremas de verduras y batidos de frutas, son algunas las alternativas propuestas para no llenar el cubo de residuos orgánicos y de paso fomentar el ahorro.
 
COMENTARIO:
Sr Cañete a quién quiere engañar, ¿conoce Vd. el estado de muchas neveras y frigoríficos? la mayoría están vacíos, se nota que piensa como un capitalista pues Vd. es un gran terrateniente, coleccionista de vehículos clásicos y de lujo y además ministro de agricultura . Su vida nada tiene que ver con la de los obreros y parados. De un paseo por la calles de la ciudades y verá que ya no queda nada en los contenedores de todo lo que se pueda comer ni tampoco allí donde las cadenas de alimentos echan los ya caducados, donde los necesitados se pegan por cogerlos. Acérquese a Cáritas, Cruz Roja. cocinas económicas, a los comedores sociales  que cada día aumentan más y más y cuando lo haga diga en voz alta que  no hay que tirar alimentos sobrantes` por favor no abofetee más el sentido común de los españoles que ya   está bastante mancillado.
José Ángel Miyares Valle

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