El secuestrador de tres chicas en EE.UU. escribió una nota en 2004 en la que él mismo reconoce quién es.
Ariel Castro se definía a si mismo como un «depredador sexual». Esa confesión no la aireaba, pero lo dejó escrita en una nota de 2004 que ha sido encontrada en su casa. «Soy un depredador sexual. Necesito ayuda», dicen las palabras manuscritas, halladas por los investigadores en la casa del barrio de Cleveland que Castro, de 52 años, había convertido en cárcel de sus víctimas.
La nota la escribió cuando ya había secuestrado a Michele Knight y Amanda Berry, y estaba intentando raptar a una tercera chica. Era a comienzos de 2004 y confesaba: «no sé por qué sigo mirando por otra. Ya tengo dos en mi posesión». Poco después, en abril de ese año, Castro secuestró a Gina DeJesus. Lo hizo pensando que tenía más edad, así que se sorprendió al saber que solo contaba con 14 años (Michele desapareció con 20 años, Amanda cuando justo iba a cumplir 17).
El cinismo domina el tono de la nota. Así, se burlaba de la ingenuidad de las chicas al aceptar subirse a su coche, culpándoles con ello de lo que les había pasado. «Están aquí contra su voluntad porque cometieron el error de entrar en un coche con un completo extraño», escribió. De todos modos, sentía algún remordimiento por sus crímenes o al menos insatisfacción por la vida que llevaba, de manera que llegó a consignar en la nota la posibilidad de suicidarse «y dejar a mis víctimas todo el dinero que he ahorrado».
De acuerdo con las declaraciones realizadas por las tres mujeres al FBI, Castro las secuestró, entre 2002 y 2004, con los trucos habituales de quienes protagonizan ese tipo de raptos: el engaño del amable ofrecimiento de llevarlas en el coche a casa. A Amanda se le acercó cuando salió de trabajar de Burger King y se disponía regresar a su hogar. El hombre entabló conversación diciéndole que su propio hijo trabajaba en ese mismo establecimiento, y se ofreció para llevarla a su casa. A Gina, que era compañera de clase de una de las tres hijas del secuestrador, Castro le dijo que podía acercarla en coche a ver a su amiga. Con Michele también usó de su simpatía para proponerle un rápido trayecto en coche hasta su casa, pues le venía de camino.
Prohibido entrar en su casa
Su carácter extrovertido es precisamente el rasgo más destacado por sus vecinos. Nacido en Puerto Rico y emigrado de pequeño con sus padres a Cleveland, Ariel Castro era muy conocido en el barrio, formado por muchos inmigrantes puertorriqueños y donde sus tíos tienen una tienda de comestibles. Se le conocía sobre todo por su afición a la música caribeña. Tocaba en grupos y en casa tenía una colección de guitarras eléctricas.
A pesar de su fácil interacción con otras personas, era estricto en no permitir entrar a nadie en su casa, lo que le fue distanciando de muchos familiares.
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