Paz Esteban tenía el respaldo del CNI, donde crece el malestar por la gestión del Gobierno en la crisis
Sánchez ha utilizado como excusa el espionaje a los móviles del presidente y la ministra de Defensa para justificar una decisión que convulsiona los servicios de Inteligencia en un momento crítico por la cumbre de la OTAN
Hasta ayer por la tarde había algunos altos responsables de la seguridad del Estado que pensaban que Pedro Sánchez no se iba a atrever a destituir a la directora del CNI, Paz Esteban, al menos hasta pasada la cumbre de la OTAN, en la que España se juega su imagen exterior. Sin embargo, el presidente del Gobierno no ha resistido la presión del independentismo y esta misma mañana ha entregado la cabeza de la máxima responsable de los servicios de Inteligencia, el precio que paga por llegar al final de la legislatura. Esquerra Republicana de Cataluña, socio principal del Ejecutivo, debía saber lo que iba a ocurrir porque esta misma mañana Oriol Junqueras, en una entrevista en El País, anunciaba que su partido no iba a romper. A las pocas horas, la salida de Esteban era un hecho.
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