Casado elude las polémicas sobre Ayuso y potencia su liderazgo interno
La presidenta madrileña tendrá 10 minutos hoy para hablar de su gestión
La convención nacional llega a su recta final en Valencia, con una organización cuidada al detalle desde el primer día para que todo gire en torno al líder, Pablo Casado. Desde que echó a rodar el lunes en Santiago, el cónclave ha sido una sucesión de mensajes de apoyo y elogios al presidente del PP, que ha conseguido apagar el fuego de la guerra interna en Madrid, al menos de manera temporal, justo a tiempo para que esta semana solo se hable de su proyecto y de su futuro en La Moncloa. Aún queda una última prueba de fuego para que el PP tenga la fiesta en paz y llegue mañana a la plaza de toros de Valencia con la euforia inyectada en vena. Este sábado entra en escena Isabel Díaz Ayuso, que ha adelantado su regreso de Estados Unidos para poder estar en la convención, aunque solo sea en su parte final.
Génova no puede evitar que la atención mediática se centre este sábado en la presidenta de la Comunidad de Madrid, que además es posible que llegue algo tarde, con una entrada que será aún más llamativa. La dirección nacional lo asume, pero todos están convencidos de que la presidenta madrileña no dará la nota y se limitará a expresar un apoyo cerrado a Casado como presidente, igual que han hecho el resto de barones en los días previos. «O no», matizan algunos en el PP, que no descartan un mensaje 'fuera de control' de la presidenta autonómica, que acabe llevándose todos los titulares.
Los alcaldes cuentan
En la meticulosa escaleta preparada por la organización del partido, bajo la batuta del secretario general, Teodoro García Egea, está previsto que los barones compartan hoy una mesa para hablar de 'los gobiernos de libertad'. Estarán moderados por Dolors Montserrat, que será la encargada de dirigir el foco a ese asunto, para que no se desvíe a ningún otro. En total, una hora para todos. Es decir, aproximadamente 10 minutos cada uno para hablar de su gestión, incluida la moderadora. Fuentes de la dirección nacional explicaron que con ese formato es difícil que ningún barón se salte el guion previsto. Eso sí, nadie puede impedir que lo hagan fuera de la mesa organizada. Tampoco es previsible, porque el llamamiento a la unidad y el cierre de filas desde Génova ha sido claro y se está cumpliendo por todos, conscientes de lo que se juega Casado, y con él todo el PP, en esta convención.
Los barones populares tienen un papel clave en esta clausura de la convención. Pero Génova no se ha olvidado de los alcaldes. Almeida también tendrá su protagonismo este sábado. Justo antes de la mesa de presidentes, habrá una mesa de alcaldes. La jornada se abrirá con una intervención del secretario general.
En realidad, esta no está siendo una convención del Partido Popular como tal. Es la convención de Pablo Casado. Todo está pensado y organizado para que el líder potencie su perfil institucional, rodeado de dirigentes mundiales de ahora y del pasado. Los mensajes de apoyo han sido continuos. Los últimos llegaron ayer, en las intervenciones de los expresidentes de México y Colombia Felipe Calderón y Andrés Pastrana, respectivamente. «Vas a ser el próximo presidente del Gobierno de España». Un mensaje de apoyo que ya le lanzaron antes otros líderes europeos como Nicolas Sarkozy, José Manuel Dura Barroso o Donald Tusk, y que previsiblemente mañana escuchará de boca del canciller de Austria, Sebastian Kurz, y del primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, que compartirán con él el acto central de la plaza de toros de Valencia.
El saludo de Madrid
Casado ha evitado en todo momento entrar en ninguna polémica que tuviera que ver con Ayuso. El miércoles, en Madrid, la ausencia de la presidenta madrileña, por su viaje a Estados Unidos, fue 'ocupada' por el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, quien hizo de 'barón' ese día y presentó a Durao Barroso, con el mismo papel que habían tenido Feijóo y Mañueco los días previos. El gesto favoreció a un regidor que Génova ha situado en la carrera por la presidencia del PP de Madrid. Sin embargo, Almeida optó por un discurso denso, alejado de cualquier polémica que pudiera interpretarse en clave interna. Génova decidió que no habría vídeo de saludo de Ayuso desde Estados Unidos, pero Casado normalizó por completo la situación cuando dijo a Sarkozy que Ayuso le mandaba un saludo muy fuerte. El líder del PP tuvo otro gesto de paz interna al sentar a Esperanza Aguirre a su lado en Madrid.
Casado tampoco quiso entrar en la polémica de las criticas de Ayuso al Papa, después de que Francisco pidiera perdón a México por los «pecados» de la conquista española. Esa crítica al Pontífice no han gustado a una parte del partido, y el líder del PP ha evitado mencionar al Papa en ningún momento. Tampoco se ha referido a la presidenta madrileña en esa cuestión.
En la convención del PP, donde ya no suena la sintonía habitual de los actos populares y la marca del partido ha sido sustituida por una palabra: 'Creemos', todo gira en torno a Pablo Casado.
En cinco días de cónclave nacional, en los que Casado no se ha perdido ni un minuto de debate de las 25 mesas organizadas hasta ayer para debatir sobre economía, fortaleza institucional, estado de bienestar, los enemigos de la sociedad abierta o la política internacional, el partido se ha volcado para potenciar el liderazgo de su presidente, dentro y fuera del PP, sin dar pábulo a ningún tipo de competencia interna.
CASADO SERÍA UN PRESIDENTE MUY MEDIOCRE SI LO ES CON PERMISO DE AYUSO.
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