La británica que se unió al Isis en Siria ayudará a combatir el terrorismo si regresa a Reino Unido
Cuando tenía solo 15 años, Shamina Begum decidió salir de su Londres natal para, vía Estambul, llegar hasta Siria
Cuando tenía solo 15 años, y junto a otras dos amigas, también adolescentes, la joven británica de ascendencia bangladesí Shamina Begum decidió salir de su Londres natal para, vía Estambul, llegar hasta Siria y una vez allí unirse al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Era febrero del 2015, y con ella partieron sus compañeras de instituto Kadiza Sultana y Amira Abase, de 16 y 15 años respectivamente. La primera al parecer murió en un bombardeo, mientras que la suerte de la segunda se desconoce. Pero Begum, una de las más conocidas «novias yihadistas» (mujeres jóvenes que abandonaron sus países de nacimiento y crianza para unirse a la organización), quiere volver a territorio británico, e incluso le ha ofrecido al gobierno de Boris Johnson su experiencia para colaborar en la lucha contra el terrorismo. Así lo expresó este miércoles en el programa Good Morning Britain, de la cadena ITV, donde apareció ante las cámaras desde un campo de refugiados sirios. Dirigiéndose directamente al primer ministro, declaró: «Creo que podría serle de gran ayuda en su lucha contra el terrorismo porque evidentemente usted no sabe lo que hace».
«Sé que algunas personas, no importa lo que diga o haga, no creerán que he cambiado, no creerán que quiero ayudar», aseguró, «pero para aquellos que tienen al menos una gota de misericordia, compasión y empatía en sus corazones, les digo desde el fondo de mi corazón que lamento cada decisión que he tomado desde que entré en Siria y viviré con ello el resto de mi vida». Con el pelo largo y suelto, las uñas pintadas y con gorra en vez de velo, Begum pidió perdón al pueblo británico y explicó que cuando salió de Reino Unido solo pretendía casarse, tener hijos y «vivir una vida islámica simple y pura». «En aquel momento no sabía que (el llamado Estado Islámico) era un culto a la muerte, pensé que me estaba uniendo a una comunidad islámica».
La joven fue encontrada en un campo de refugiados por un periodista del diario 'The Times' en el 2019, cuando estaba embarazada de su tercer hijo, tras haberse casado con el holandés Yago Riedjik, convertido al islamismo y posteriormente encerrado en prisión. El entonces ministro del Interior y actual ministro de Sanidad, Sajid Javid, decidió retirarle la nacionalidad por motivos de seguridad, pero en julio del año pasado, el Tribunal de Apelaciones dictaminó que a la joven debería permitírsele su regreso a Reino Unido para presentar su caso, lo cual fue a su vez apelado por el Ministerio del Interior, que argumentó ante el Tribunal Supremo que permitirle regresar al Reino Unido «crearía importantes riesgos para la seguridad nacional». El pasado febrero, el Tribunal Supremo dictaminó de forma unánime que Begum no podrá volver a pisar suelo británico.
En declaraciones a la BBC la joven, cuyos tres hijos murieron, aseguró que «se odia a sí misma» y que podría ser «útil para la sociedad», y justificó que sería un desperdicio dejarla «pudrirse» en el campamento en el que vive. Además, defendió que «no hay pruebas» de que fuera un elemento clave en la planificación de atentados terroristas, y que está preparada para demostrar su inocencia en los tribunales británicos, aunque aceptaría «ir a prisión» si así de decidiera en un «juicio justo».
El gobierno, sin embargo, no está dispuesto a ceder. Javid declaró a la prensa local que «nadie le permitirá regresar» y que su decisión de despojar a Begum de la ciudadanía británica fue «moralmente correcta» y «también legalmente correcta», además de la adecuada «para proteger al pueblo británico». «La prioridad del gobierno sigue siendo mantener la seguridad nacional y proteger al público», expresó por su parte un portavoz del Ministerio del Interior.
¿QUIÉN LA PUEDE CREER?
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