Bloqueo institucional: «El problema es de los políticos, no del sistema electoral»
Los expertos consultados por ABC abogan por acortar y acotar el procedimiento para investir a los presidentes.
Ya van casi tres meses desde que se celebraron las elecciones generales y España sigue sin presidente del Gobierno. Ya son doce semanas de culebrón político que no lleva a ningún sitio pero sus señorías, que por el momento no han empezado a trabajar a pleno rendimiento en el Congreso, tampoco han dejado de cobrar sus sueldos y, lejos de mirarse al ombligo, disparan hacia el sistema electoral para encontrar la causa del bloqueo institucional que padece el país. Los que hace unos meses pedían que gobernara la lista más votada, ahora no quieren; y los que entonces no querían, ahora sí. ¿Pero dónde está el problema? Los expertos consultados por ABC no tienen dudas.
«El problema es de los políticos, no del sistema». Más claro, agua. Además, son dos miembros de la esfera académica los que coinciden en hacer idéntico diagnóstico pronunciando exactamente la misma frase. Se trata de José Manuel Vera, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y Agustí Bosch, profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Barcelona. Este hecho confirma algo preocupante: los acuerdos parecen posibles en cualquier ámbito social, menos en uno: el ecosistema político. Y eso que no son pocas las veces que a los representantes públicos se les ha llenado la boca diciendo que la mejor política es la del consenso y el acuerdo.
«La paralización que existe no es fruto del sistema electoral ni del artículo 99 de la Constitución, es una cuestión política», reflexiona Vera, quien defiende que la legislación reserve garantías para que los candidatos tengan tiempo para crear «gobiernos que gobiernen». Pero no todo vale. «Atendiendo a la letra de artículo 99 de la Constitución -que el PSOE propone reformar para agilizar los trámites-, la presidenta del Congreso puede dilatar la investidura en el tiempo, pero el espíritu del texto es que se haga cuanto antes», subraya el catedrático que, antes de afrontar una farragosa reforma hacia otro sistema electoral, se muestra partidario de acotar los tiempos procedimentales de cada investidura: «Se puede establecer un plazo concreto para la exposición del programa del candidato. Que sea un plazo cerrado, igual que las consultas regias. No hace falta modificar la Constitución, se modifica el reglamento del Congreso y ya está».
En una posición similar está el profesor Bosch, quien considera que «el procedimiento actual de investidura es bastante irracional, manifiestamente mejorable y bastante raro a nivel comparado». Por ello estaría a favor de apostar por un mecanismo más rápido y que estableciese prioridades entre los candidatos: «Es decir, a quién le toca intentar ser presidente en cada momento. Ahora en España queda muy poco claro quién debe presentarse a la investidura y otra forma de hacerlo, similar a la alemana, permitiría que distintos protagonistas tomaran la iniciativa de forma sucesiva. Esto reactivaría un poco la democracia».
Falta tradición
«Son muchos problemas los del sistema electoral español, pero el actual no es atribuible a eso, sino a la incapacidad de construir coaliciones por manías personales y falta de tradición», insiste Bosch, quien añade que «en todos los países europeos, absolutamente en todos, se construyen cada legislaturas coaliciones de tres o cuatro partidos y no pasa nada». El profesor de Cienca Política, igual que Vera, tampoco considera que sea necesario evolucionar hacia un sistema electoral que otorgue más beneficios -como por ejemplo una prima en escaños al estilo griego- al ganador de las elecciones. «El sistema ya proporciona jugosas primas en virtud de la escasa magnitud de las circunscripciones pequeñas. En esas circunscripciones, como hay pocos escaños a repartir, los partidos pequeños desaparecen y los grandes se llevan todo el premio. El porcentaje de escaños es mayor al de votos que tienen», argumenta Bosch.
Carlos Barrera, profesor de Comunicación Electoral de la Universidad de Navarra, se suma al pensamiento de que los tiempos son «excesivos» y, a la hora de cuestionar el sistema electoral vuelve a establecer una diferencia entre el procedimiento de investidura y la forma en la que se consiguen los parlamentarios, lo que vuelve a poner sobre la prima en escaños al ganador para desatascar bloqueos.
Garantías necesarias
«A todos nos da envidia lo que ha pasado en Grecia, que dos días después de las elecciones ya tenía Gobierno», reconoce Barrera, que rápidamente encuentra réplica. «Podemos hacer un sistema como el griego, pero allí, con la prima de diputados, se dan mayorías absolutas artificiales y se altera todo el sistema», considera Vera, quien insiste en que es mejor esperar un poco y que los partidos acuerden un Gobierno que pueda aprobar unos presupuestos, antes que tener un Ejecutivo justo después de la cita con las urnas aunque el Parlamento sea ingobernable. Siempre que no se abuse del sistema, claro.
LOS POLITICOS DE ESPAÑA VAN ACABAR CON LA DEMOCRACIA,SOLO SABEN CHUPAR DE LO PUBLICO, TODOS SIN EXCEPCIÓN
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