Lanchas neumáticas de la marina italiana se acercan a un bote con inmigrantes
La Marina italiana rescata a 4.000 inmigrantes en dos días frente a Sicilia
Las autoridades temen nuevas tragedias como la de Lampedusa en octubre.
Hace solo medio año. Aquella imagen de más de 400 ataúdes —algunos de ellos blancos para señalar que el finado era un niño— alineados en un hangar del aeropuerto de Lampedusa con un número por única identificación es de principios de octubre de 2013. Solo ha pasado medio año de una tragedia que, con la llegada del buen tiempo, amenaza con repetirse.
Solo durante las jornadas del martes y miércoles, la marina militar italiana socorrió a más de 4.000 inmigrantes que pretendían llegar a Sicilia desde el norte de África a bordo de viejas barcazas de pescadores. Ya son más de 15.000 las personas rescatadas en alta mar desde principios de año gracias a un dispositivo de salvamento —la operación Mare Nostrum— puesto en funcionamiento para evitar precisamente tragedias como las de octubre pasado en la isla de Lampedusa.
Durante la madrugada del miércoles, el buque anfibio San Jorge interceptó cuatro botes en los que navegaban unas mil personas, entre ellos muchas mujeres y niños sin siquiera chalecos salvavidas. De igual forma, el barco Sirio auxilió a una barcaza con un centenar de hombres y la fragata Espero a otras 261 personas. En total, 1.574 personas en una sola noche. Las autoridades italianas solo informaron de un fallecido, pero la magnitud del éxodo y las noticias que llegan del norte de África hacen temer lo peor a las autoridades italianas.
El ministro del Interior, Angelino Alfano, advirtió de que “la emergencia es cada vez mayor” y de que, sin la ayuda de Europa, Italia tendrá muchos problemas para evitar tragedias como las del pasado año: “No paran los desembarcos, y hasta hemos tenido que alertar a dos buques mercantes para que ayuden a la Marina a rescatar inmigrantes”.
Según el ministro, los servicios secretos italianos estiman que en el norte de Libia se encuentran entre 300.000 y 600.000 personas, principalmente sirios, eritreos, etíopes, nigerianos y sudaneses confinados en prisiones de traficantes libios a la espera de zarpar hacia las costas de Sicilia y de Lampedusa: “Se trata de una estimación confirmada también por la comisaria europea [de Interior] Cecilia Malmström”.
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